Probidad y rectitud

Probidad y rectitud son términos que tienen relación entre sí y que son aplicados en circunstancias del actuar humano en ámbitos de lo correcto y transparente.

La palabra rectitud se utiliza en nuestro idioma con dos sentidos. Por un lado, nos permite referir a la cualidad geométricamente de lo recto, es decir cuando un objeto o figura no disponen de curvas, no se inclinan a ambos lados, y no presentan ángulos, se hablará en términos de rectitud.

Por otra parte la palabra rectitud permite referir a la integridad y severidad vinculada a la justicia, equidad, honradez, integridad e imparcialidad.

Cuando la palabra se aplica en relación a un individuo, es decir, si de alguien se dice que dispone de rectitud es porque el mismo se comporta y actúa de manera correcta, atenta y con suma educación.

El hecho de actuar con rectitud siempre demandará de una cercana relación con la verdad que no tiene que ver con intenciones sino con hechos demostrables de las personas.

Si una persona oculta cierta información de interés no podrá jamás ser considerado como dueño de rectitud, en cambio, cuando alguien a pesar de atentar contra sus intereses revela una información entonces sí estará obrando con rectitud, verdad, disponiendo un enorme respeto para el prójimo.

En tanto que la probidad se refiere a la honradez, claridad y transparencia en el actuar cotidiano de todo ser humano, tiene mucha relación con la rectitud.

Entonces la probidad es una virtud porque es el actuar con rectitud y transparencia, evita el abuso, no miente y no incurre en el .

En una sociedad utópica, todas las personas deberían ser probas (es decir, actuarían con probidad). De este modo no habría lugar para la corrupción, el abuso de poder, los sobornos, etc.

La realidad, por supuesto, demuestra que la probidad no es una virtud presente en la totalidad de los . En ciertas profesiones, la carencia de probidad resulta aún más grave y dañina, ya que del accionar del profesional se desprenden perjuicios para una gran cantidad de personas.

El termino probidad es más utilizado en el campo judicial al referirse a la autoridad que administra correctamente la justicia, es decir se adecuaría a la excelencia de la persona que reuniría los requisitos para ejercer el cargo y sería un ejemplo para la sociedad que confiaría en su correcto actuar.

Ahora si un juez carece de probidad, no puede administrar . Sus fallos no serán imparciales, ya que pueden estar determinados por intereses personales o de otra índole. De esta manera, un juez que no es probo puede condenar a prisión a un inocente o dejar en libertad a un asesino.

Es peligroso ingresar al terreno de la corrupción que implica falta de rectitud, de honradez, ética, desvío de las normas morales y leyes en el actuar habitual de todo ser humano.

La probidad también tendría que estar presente en el actuar de cada servidor público en razón de que toda estructura administrativa, tiene como premisa fundamental, alcanzar el bien común. Este propósito impone a cada uno de los servidores públicos que la integran, la obligación de desarrollar sus actividades, con estricto apego a la legalidad, privilegiando la consecución de fines de interés público, aún sobre intereses particulares.

Un gobierno que pretenda establecer una administración pública eficiente, en beneficio de los ciudadanos, deberá implementar una serie de mecanismos para el progreso de la calidad de los servicios que brinda.

Para lo cual se hace necesario un modelo de gestión de excelencia, estableciendo lineamientos para la búsqueda, difusión y réplica de las buenas prácticas, así como mecanismos más estrictos para la supervisión, detección y sanción de comportamientos irregulares.

La legalidad en el actuar de los servidores públicos, es considerada un requisito indispensable para la consolidación y legitimidad de las instituciones democráticas.

Actuar con probidad es desempeñar funciones con idoneidad prudencia, transparencia, moralidad, ecuanimidad e imparcialidad.

(*) Ingeniero