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Sábado 09 de julio de 2016

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La vejez

09 jul 2016

Fuente: gnosishoy.com

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El tiempo saca a la luz pública, todo lo que ahora está oculto y encubre y esconde, todo lo que en este momento brilla con esplendor.

La vejez es como el Amor. No puede ser ocultada aun cuando se disfrace con los ropajes de la juventud.

La vejez abate el orgullo de los hombres y los humilla, pero una cosa es ser humilde y otra caer humillado.

Cuando la muerte se aproxima, los viejos, decepcionados de la vida, encuentran que la vejez no es ya una carga.

Todos los hombres abrigan la esperanza de vivir larga vida y llegar a ser viejos, y sin embargo la vejez los asusta.

La vejez comienza a los cincuenta y seis años y se procesa luego en períodos septenarios que nos conducen hasta la decrepitud y la muerte.

La tragedia más grande de los viejos estriba, no en el hecho mismo de ser viejos, sino en la tontería de no querer reconocer que lo son y en la estupidez de creerse jóvenes como si la vejez fuera un delito.

Lo mejor que tiene la vejez es que se encuentra uno muy cerca de la meta.

El "yo psicológico", el mí mismo, el Ego, no mejora con los años y la experiencia; se complica, se vuelve más difícil, más trabajoso. Por ello afirma el dicho vulgar: "Genio y figura hasta la sepultura".

El "yo psicológico" de los viejos difíciles se autoconsuela dando bellos consejos debido a su incapacidad para dar feos ejemplos.

Los viejos saben muy bien que la vejez es un tirano muy terrible que les prohíbe bajo pena de muerte, gozar de los placeres de la loca juventud, y prefieren consolarse a sí mismos dando bellos consejos.

El "yo" oculta al "yo", el "yo" esconde una parte de sí mismo y todo se rotula con frases sublimes y bellos consejos.

Una parte de mí mismo esconde a otra parte de mí mismo. El "yo" oculta lo que no le conviene.

Está completamente demostrado por la observación y la experiencia que cuando los vicios nos abandonan, nos agrada pensar que nosotros fuimos los que los abandonamos.

El corazón del animal intelectual no se vuelve mejor con los años, sino peor. Siempre se torna de piedra y si en la juventud fuimos codiciosos, embusteros, iracundos, en la vejez lo seremos mucho más.

Los viejos viven en el pasado. Los viejos son el resultado de muchos ayeres. Los ancianos ignoran totalmente el momento en que vivimos. Los viejos son memoria acumulada.

La única forma de llegar a la ancianidad perfecta es disolviendo el "yo psicológico". Cuando aprendemos a morir de momento en momento, llegamos a la sublime ancianidad.

La vejez tiene un gran sentido de sosiego y libertad para aquellos que ya disolvieron el "yo".

Cuando las pasiones han muerto en forma radical, total y definitiva, queda uno libre no de un amo, sino de muchos amos.

Fuente: gnosishoy.com
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