La venganza de la naturaleza

Cuando agosto era 21 de 1986, 1.800 seres humanos y unas 4.000 cabezas de ganado habían muerto al amanecer en inmediaciones del lago Nyos, ubicado en el oeste de Camerún, en el continente africano, algo monstruoso había arrasado con una población entera en cuestión de minutos, aunque luego fue un fenómeno poco investigado, pero se logró dar con la causa de semejante catástrofe.

Se puede decir que fue una venganza de la naturaleza, pues muchos fenómenos relacionados a los lagos se presentan cuando interviene la mano del hombre, pues ocurrió con el Poopó en Oruro, Bolivia, cuando millones de peces aparecieron misteriosamente muertos a lo largo de unos 30 kilómetros, luego el espejo de agua se redujo a la mínima expresión, llegando inclusive a secarse en casi su totalidad.

En ambos casos jugó un rol preponderante la contaminación provocada por los humanos, pues en el caso de Poopó, recibía las aguas ácidas de las operaciones mineras circundantes, además que la gente se ocupó de echar basura alrededor del lago, por lo que éste perdió oxígeno y luego la sequía que llegó a causa del cambio climático hizo el resto.

En India, las investigaciones preliminares dieron como resultado que las aguas del lago Ulsoor habían perdido oxígeno al estar extremadamente contaminadas, pues éste recibe aguas residuales de muchas zonas de la ciudad y según las autoridades "más de la mitad de sus mil 200 millones de habitantes siguen defecando al aire libre, lo que lleva a ríos y lagos que apestan".

Sin embargo, en el caso del Nyos el fenómeno fue otro y se debe a que los manantiales subterráneos se llenaron de dióxido de carbono, como una botella de gaseosa que se agita y luego se destapa, salió una explosión de burbujas y el gas tóxico que emanó del lago asfixió a los habitantes que se encontraban cerca del lugar, matándolos en cuestión de unos pocos minutos.

Algunos sobrevivientes contaron lo ocurrido y las escenas eran realmente dantescas, ellos despertaron y vieron a sus familias y animales muertos, algunos al presenciar semejante escena decidieron suicidarse. Se puede ver que como humanos a veces provocamos desastres medioambientales, pero al parecer la Tierra se venga provocando otro tipo de catástrofes en las que miles de personas mueren.

Como dicen los amautas, yatiris y sabios, hay que tratar de vivir en armonía con la naturaleza, evitando sobre explotar sus recursos sin necesidad, no contaminando el medio ambiente y no dañando la biodiversidad, pues cuando el equilibrio natural se pierde suelen ocurrir esas calamidades, aunque en algunos casos no tienen nada que ver los humanos, solamente da para pensar que es una simple venganza de la naturaleza.

Fuente: LA PATRIA