La serie de accidentes ocurridos recientemente y con alto porcentaje en un tramo especial de una denominada “carretera fundamental” ha obligado a las autoridades superiores de la Policía Nacional disponer el relevo de personal de parte de la estructura de esa división especializada.
En realidad el cambio de personal, empezando por el jefe y abarcando todo el resto de funcionarios en un área determinada, caso específico de La Paz, puede servir para mejorar el trabajo en el señalado sector, pero no en el resto del país donde también se registran fallas en la competencia que debe ejercer la aparatosa Policía Caminera, cuyo denominativo inspira confianza en la ciudadanía y debería ser sinónimo de seguridad para el sistema de transporte, sin embargo sucede lo contrario cuando se trata de analizar el trabajo práctico de esa división policial.
No puede culparse sólo al personal de servicio de “la caminera”, hay que evaluar las limitaciones que tiene una sección tan importante en el organigrama policial y que carece de los más elementales instrumentos de trabajo como para cumplir eficientemente su labor de control de tráfico vehicular en las carreteras del país.
Se ha indicado que la dotación de unidades motorizadas, especialmente automóviles es muy reducida, motocicletas en cierta cantidad pero no suficientes, camionetas sólo en algunos distritos, ambulancias dependientes de la misma policía caminera no existen y hasta debe exigirse la tenencia de un carro grúa para despejar trechos en los que vehículos accidentados son retirados en función de seguridad para restablecer el tráfico regular.
La relación de motorizados destinados a la policía caminera es un punto que no se detalla objetivamente, tanto así que no hay respuestas precisas cuando se indaga sobre la dotación de vehículos en las unidades distritales. Sin embargo se comenta que vehículos policiales se encuentran estacionados o guardados en recintos policiales, sólo esperando órdenes para trasladar a algunos jefes policiales que deben ser dotados de ciertas comodidades.
Las fallas en el trabajo de una verdadera policía caminera son también parte de la carencia de equipo de apoyo especialmente de comunicación, además de radares que sirven para medir velocidad de motorizados en ruta y controlar con alcoholímetros el estado de sobriedad o beodez de los conductores. No es todo porque tan bien se necesita de personal policial especializado para efectuar controles técnicos en las terminales y retenes a los vehículos que salen a las carreteras, hace falta implementar adecuadamente a la policía caminera.
Hay que exigir a las autoridades gubernamentales, especialmente al Ministerio de Gobierno, al Viceministerio de Seguridad Ciudadana y a los altos jefes policiales, delinear y ejecutar un plan total de reestructuración de la Policía Caminera, de manera que la solución sea estructural y no solo del cambio de cierto personal. La seguridad de los viajeros debe estar en manos de una moderna y dinámica Policía Caminera, cuya presencia sea objetiva, sino en todas las rutas, obligadamente en las de mayor circulación vehicular. ¿En Oruro alguien sabe cómo está la policía caminera?.
Fuente: LA PATRIA
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