Del total de municipios que tiene el paÃs, un alto porcentaje alberga algún tipo de actividad minera, sea este del subsector de la minerÃa estatal, minerÃa mediana, minerÃa chica y la pequeña minerÃa representada por las cooperativas; plenamente reconocidos por la legislación actual, en otras palabras son operaciones legales. Sin embargo, en los últimos tiempos la presencia de la minerÃa ilegal (invisible y no reconocida) se hace cada vez más evidente porque se la menciona con bastante frecuencia. Generalmente, no se suele incluir el subsector ilegal en la pequeña minerÃa, porque no dispone de una concesión en la cual opere legalmente y no presenta continuidad en su actividad ni ninguna organización o estructura responsable. Pero tampoco se lo puede ignorar, puesto que se expande continuamente por ser una manera de aliviar los problemas sociales de las personas de menores ingresos, como los campesinos o desocupados provenientes de ciudades y otras regiones.
La minerÃa ilegal está conformada por individuos o grupos que no poseen concesión alguna o contratos legalmente establecidos. Estos grupos se diferencian según el tipo de yacimiento que explotan y el mineral (metálicos y no metálicos) que producen. Sus actividades están frecuentemente en el umbral de la informalidad o la ilegalidad. Frente a la debilidad del poder sancionador del Estado, los mineros ilegales tienden a evadir deliberadamente la fiscalización de los organismos oficiales de control.
Un prolongado trabajo de campo en el ámbito de la pequeña minerÃa permitió ver de cerca esta realidad y constatar la total falta de información acerca de este otro "subsector", el cual tiene un carácter marginal por no formar parte del programa productivo de las operaciones regulares, no existen datos cuantitativos respecto al desempeño de la minerÃa ilegal. Las autoridades locales conocen de su existencia e incluso pueden decir donde operan pero no están en condiciones de brindar mayor información. A parte de la descripción y el conocimiento de su existencia, fundamentalmente debido a las caracterÃsticas, dispersión y ubicación de estas actividades a nivel nacional no se tiene establecido ni cuantificado el número de operadores que explotan minerales ilegalmente. Por las particularidades del tipo de operación minera, su mayor incidencia se presenta en la minerÃa del oro aunque no se debe dejar de lado la explotación ilegal de minerales tradicionales, no metálicos, asà como piedras preciosas y semipreciosas.
La minerÃa ilegal en Bolivia, es distinta en sus caracterÃsticas a la minerÃa legalmente establecida, al no estar organizados los mineros ilegales, no cuentan con representantes visibles, ni cuentan con organizaciones que los aglutinen, generalmente viven y trabajan en distintos lugares, tratando de evitar en todo momento el contacto con las autoridades.
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