El cierre de parques zoológicos: Una propuesta indecente
27 jun 2016
Adhemar Ávalos Ortiz
Nos hacemos viejos, pero no acabamos de sorprendernos. La diputada Valeria Silva (MAS) señaló hace más de una semana que, mediante otra ley poco consensuada, quiere viabilizar el cierre de los parques zoológicos del país. Para analizar el tema es preciso remontarse a la historia y trascendencia de estos centros tan criticados, pero muchas veces de manera unilateral e injusta. En principio, hace más de un siglo, ellos han representado formas bárbaras de exhibición de especies animales fuera por completo de su hábitat natural con fines comerciales y de satisfacción de curiosidades no siempre buenas. Pero, sus métodos de domesticación brutales, al igual que los de los circos, han sido disminuidos con el paso del tiempo, mejorándose sus condiciones de infraestructura y logística, para bien de estos seres vivos.
En general. Se ha desarrollado un proceso de mejor trato y alimentación, además de encaminarse procesos de educación a la población, especialmente infantil, sobre la necesidad de proteger a especies de todo tipo, sobre todo a aquellas en peligro de extinción. Se han construido parques zoológicos amplios, dotados de medios y personal científico ampliamente capacitado y quienes acceden a estos centros, ampliamente alabados o maldecidos, relievan las condiciones que dan refugio a animales, antes capturados para servir de mascotas en espacios estrechos y totalmente ajenos a su entorno natural, o vendidos por bandas criminales.
Es verdad que estos ambientes artificiales no pueden ni deben sustituir a la Naturaleza en la reproducción de condiciones de vida irrepetibles para especies silvestres en las que no se debe considerar al ser humano, el que es el mayor depredador del planeta a lo largo de más de cinco millones de años. No obstante, los zoológicos sirven de espacios de amortiguación, al igual que algunos refugios naturales con los que no existe contradicción de ningún tipo, simplemente se transforman en centros de protección animal y educación ambiental. Es importante la implementación de refugios naturales de amplio espacio, pero éstos no pueden sustituir a los zoológicos en la función de primera instancia de salvar y proteger a especies desamparadas y maltratadas en el medio urbano.
En lo que algunas y algunos parlamentarios del MAS y sus aliados circunstanciales: ONG´s y facultades despistadas del sistema universitario, deberían pensar es en la sostenibilidad de sus sueños, con buenas o malas intenciones, de recrear un paraíso de hábitat que existe muy parceladamente. ¿De qué hábitat natural se puede hablar cuando casi ya no existe? ¿Regresaremos los jaguares a la Amazonia para que sean exterminados por los cazadores urbanos o los habitantes locales? O los osos jukumari para que ¿sean brutalmente golpeados por comunarios, constituidos supuestamente en raza superior? Los sentimientos se pueden manipular, pero existe un límite: el del sentido común, sin proteger a otras especies pondremos en peligro nuestra propia supervivencia
Mientras la especie humana no se reduzca sustancialmente debe existir una alianza estratégica entre defensores de parques naturales cerrados, refugios naturales y parques zoológicos bien implementados en una relación absolutamente horizontal. Lo demás solamente sirve a intereses de parlamentarios que quieren justificar sus dietas o de medioambientalistas bien pagados en sus bolsillos o que pretenden salvar sus conciencias ayer depredadoras.
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