El caso de las aguas del Silala, está preocupando muy seriamente al Gobierno de Chile que en una acción desesperada acudió con un juicio a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, queriendo demostrar lo indemostrable, que las aguas del Silala que las utilizan por años de años, son parte de un río, cuando lo inobjetable es que el preciado líquido proviene de manantiales ubicados en el territorio boliviano.
Frente a los apuros de Chile, nuestro Gobierno ha trazado ya una estrategia ante la CIJ, la misma que estará basada en pilares muy concretos que sustenten la realidad y la propiedad de las aguas del Silala. Otra cosa es que fácilmente se podrá mostrar que esas aguas pasan a territorio chileno a través de un sistema de drenaje artificial construido materialmente por personal que cumplió instrucciones para desviar esas aguas, tan necesarias en un primer periodo para satisfacer la demanda de las locomotoras a vapor de la zona de Antofagasta y posteriormente para saciar y alimentar poblaciones civiles del norte chileno, como sucede hasta el presente.
Hay que recordar que en Chile ya se admitieron preacuerdos alcanzados entre ambos países, que aunque no hayan sido "perfeccionados legalmente" son prueba de que hubo la intención de Chile de negociar el tema del agua del Silala, reconociendo implícitamente la propiedad de las mismas como boliviana.
Sin embargo no queriendo admitir la situación natural que existe en este caso, el Canciller chileno no quiere reconocer que a través de una canalización artificial discurren las aguas de manantiales bolivianos hacia su país y esa provisión es vital para la subsistencia de miles de chilenos, por lo mismo que ahora se empeña en querer mostrar un río donde nunca existió, pero donde hay un curso de agua que le sirve a Chile que no paga ni un solo centavo por ese suministro irregular del vital elemento.
Una salida chilena, por supuesto de las muchas ya conocidas, es que ese país deslindará responsabilidades ante la CIJ, sobre los canales hechos para drenar el agua de los manantiales, arguyendo que Bolivia mediante un contrato suministraba agua a una empresa privada de ferrocarriles, lo que comenzó en 1908 y se prolongó hasta 1961. Que se cumplió o no correctamente el citado convenio, está ya en duda porque en Bolivia, no hay antecedentes de que se hubiera cubierto el costo de tal uso y de ese año a la fecha peor aún, pues los reclamos bolivianos han sido constantes para recuperar lo que le corresponde por el uso de sus aguas. Hay otro reconocimiento sobre el tema y es que incluso se fijó monto y se habló de posibilidades de pago de esa deuda en tiempos diferidos, no sucedió pero los antecedentes valen, como la actual preocupación de autoridades de Calama y Antofagasta que observan temerosos la posibilidad de quedarse sin agua potable, por no pagar lo que debe a Bolivia por usar las aguas del manantial del Silala.
Se menciona que el próximo mes de julio una comisión chilena encabezada por su canciller, Heraldo Muñoz y miembros de comisiones de parlamentarios de ese país visitarán la zona del Silala para examinar in situ, los derechos que tiene Chile (¿?) supuestamente sobre el inexistente río Siloli. Se supone que una comisión de igual nivel de nuestro país, estará también en la fecha y en la región para demostrar lo correcto en la apreciación Boliviana. Sería interesante que una misión internacional sea invitada para actuar en consecuencia y evitar malas interpretaciones.
Fuente: LA PATRIA
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