A la cabeza de la protesta, Lam transmitió un mensaje claro nada más llegar: el Gobierno chino "quiere reducir las libertades de Hong Kong". Y los hongkoneses le apoyaron con pancartas, en las que se podÃa leer: "Creemos a Lam Wing-kee" o "Abajo el Partido Comunista de China (PCCh)", según recogen los medios locales.
Las declaraciones de Lam a principios de esta semana sobre cómo fue tratado por agentes chinos en un arresto que considera "ilegal", dado que infringe el sistema judicial independiente de la isla, ha dado un nuevo giro al caso de los cinco libreros hongkoneses desaparecidos a finales de 2015.
Algunos desaparecieron cuando estaban de visita en una ciudad del continente, otros lo hicieron en Hong Kong o incluso en Tailandia, y todos reaparecieron por sorpresa detenidos, con confesiones televisadas que Lam aseguró que fueron forzadas.
"Mis más sinceras felicitaciones al PCCh por el premio al mejor guión y a la mejor dirección", decÃan hoy (ayer), en una sarcástica pancarta activistas democráticos de Hong Kong.
De los cinco libreros, tan sólo queda uno en manos de las autoridades, Gui Minhai, que cuenta con pasaporte sueco, si bien le siguen negando las visitas de diplomáticos de este paÃs.
Para algunos ciudadanos de la isla, que disfruta de un sistema diferente al de China continental, con libertad de prensa o de expresión, Lam se ha convertido en un "modelo", explicaba Joshua Wong, una de las caras más conocidas de la "revolución de los paraguas" de 2014.
"Un ejemplo de lucha para no perder nuestras libertades", decÃa a Efe Wong, cuyo partido, Demosisto, comenzó el viernes las movilizaciones y hoy (ayer) continuó junto a otros grupos prodemocracia.
El librero aclaró que le habÃan dejado libre con la condición de que volviera con un disco duro con los datos de los clientes de su librerÃa, que estaba especializada en libros que relatan, con mayor o menor credibilidad, sórdidos detalles de la vida de los dirigentes del PCCh, de escándalos sexuales o corrupción.
Al parecer, Lam ayudó a enviar desde Hong Kong algunos de estos libros a clientes chinos, si bien defendió que el envÃo desde la isla es legal y señaló que, en el caso de que consideraran que infringió alguna norma, hay vÃas legales para procesarle.
"La librerÃa está en Hong Kong, un lugar donde la libertad de expresión y de publicación está protegida. Y el paÃs (PekÃn) está utilizando la violencia para destruirlo", dijo hoy (ayer) Lam a los periodistas, al tiempo que pedÃa a los hongkoneses que luchen por sus derechos.
Fuente: PekÃn, 18 (EFE).-
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