Lunes 13 de junio de 2016
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En la localidad de Flint, en el estado de Michigan (Estados Unidos), sus habitantes no pueden beber agua del grifo. La no renovación de las tuberÃas de plomo ha hecho aparecer este problema, que podrÃa extenderse a escala nacional ya que la mayorÃa de las tuberÃas tienen una antigüedad de más de 100 años, y ni se vigila su estado ni se han renovado desde entonces. Esta situación podrÃa tener graves consecuencias a medio plazo si no se toman medidas urgentes.
Según explica Mae Wu, abogada del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, "la insalubridad del agua no debe temerse en lo relativo a la contaminación por metales pesados, sino también por la contaminación bacteriológica derivada de las numerosas filtraciones en las tuberÃas". La contaminación del agua provoca un grave problema para la salud pública, y la falta de inversión ha hecho que este problema haya aumentado en los últimos años.
El agua es un bien cada dÃa más escaso, ya que el consumo crece cada año, y solo un pequeño porcentaje puede utilizarse para satisfacer las necesidades humanas. El problema no es la falta de agua potable, sino la mala gestión y distribución de los recursos. En 2015, según un informe de la Organización Mundial de la Salud en colaboración con Unicef, se calcula que alrededor de 663 millones de personas carecÃan de fuentes mejoradas de agua potable, poniendo en riesgo su salud y bienestar.