Miercoles 08 de junio de 2016
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Editorial y opiniones
Servir a la Justicia honesta y responsablemente
08 jun 2016
Armando Mariaca V.
Una Cumbre de Justicia seguramente debe dar resultados positivos sobre la administración y comportamiento de jueces, fiscales y personal de apoyo; pero, hay cuestiones que sería preciso inculcar en quienes ejerzan esas funciones, condiciones que generalmente se las adquiere desde el hogar, en las escuelas y en las universidades donde poco o nada se entiende que toda profesión tiene la finalidad de servir, pero servir bien, con amor, honestidad y responsabilidad. La Justicia es bien dispuesto por Dios para beneficio del ser humano, para que sea medio de concordia, amistad y paz entre todos, sistema para evitar la supremacía del mal sobre el bien; un bien que permita la unidad y la solidaridad entre personas y entre pueblos.
Hay tres fuerzas en la vida del ser humano; la propia moral basada en virtudes, fuerza del Derecho que radica en la Constitución y las leyes que rigen en un país, nación o Estado; por el otro lado, el derecho de la fuerza, es decir el de la imposición, de la sanción drástica sin derecho a defensa y el encarcelamiento injusto que se hacen derechos de la soberbia y la dictadura. Entre ellas, debe estar la Justicia que vea la urgencia de dispensarse en base a sentimientos de amor, caridad, equidad y ecuanimidad sin hacer distinciones porque todos los que recurren a ella para un fallo o solución a sus problemas son seres humanos, seres que no son infalibles y que pueden cometer errores que la Justicia puede delimitar y solucionar con miras a que todos estén conformes y sientan que sus derechos no han sido menoscabados.