Lunes 26 de abril de 2010
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Cuando los equilibrios se trastocan llega la referencia del cambio necesario, no el del proyecto insensato del MAS. Se quisiera recomendarle a Don Evo que sea más prudente, pero es inútil la posibilidad. Él no entiende que el Mundo cambia, aunque no lo parezca. La esperanza se encuentra con la idea de lo nuevo y el país se renovó en abril de 2010, como lo hizo en 1952 cuando se enfrentó a un país perdido y enclaustrado, el que acababa de morir después de la Guerra del Chaco, cuando los aymaras fueron derrotados en las arenas del Chaco y la clase media ganó la guerra al Paraguay.
Es inusual la paradoja guerrera, porque tiene razón de ser, en su concepción lúcida, como la muerte que regresa en su entrega, en su forma de vida para renovarse y pervivir. Y la dictadura, en su expresión más pérfida del totalitarismo, ha perdido en su lógica errada, en su estirpe malsana, en su crueldad aberrante. Eso es el MAS.
No obstante, se ha iniciado un proceso, necesario y consciente, fundamental y preciso, cuando la sociedad se transforma, se convierte en su visibilidad noble, cuando la clase media se ha hecho izquierda, absolutamente diferente al esperpento del ayer, el que ha recreado el fracaso de la ex URSS y la tragedia de Cuba.