Estos hechos que han sido reclamados a la autoridad pertinente, no se atiende con la rapidez que serÃa deseable, pues entre plantear la instalación de iluminación pública, una inspección de viso, algunas denuncias de los vecinos, en casos extremos el airado reclamo de padres de familia, el punto de luz puede habilitarse quien sabe, con un poco de suerte en el tiempo de dos a tres meses, según refieren los molestos vecinos.
Consiguientemente la vecindad de muchos barrios está librada a su suerte y esa situación es bien aprovechada por los mal entretenidos que hacen su agosto cualquier mes del año, robando domicilios, desvalijando a ciudadanos en las calles, atacando a los más jóvenes o ancianos, precisamente allà donde el alumbrado público es deficiente.
La PolicÃa como tal, cumple su rol, pero no lo hace en la medida que requiere una acción de contingencia en los barrios para detener la ola de criminalidad que puede llegar a extremos, si no pone coto a la casi "tranquila" acción de los delincuentes, que se dan modos para vigilar ellos las deficiencias en los barrios y cometer sus fechorÃas en consecuencia.
Se habló del aumento de personal de servicio en el comando policial de Oruro y tal anuncio causo beneplácito, tomando en cuenta que más policÃas estarán en las calle poniendo a raya a los delincuentes y garantizando de ese modo la seguridad ciudadana. Es posible que se haya incrementado el personal, pero lo que sucede es que esos pocos policÃas extras cumplan tareas en las calles del centro urbano, donde es menor el impacto delincuencial con relación a los barrios separados del centro urbano.
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