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Inexorable, el rÃo Sena crece cada hora unos pocos centÃmetros a su paso por ParÃs, que observa con temor y algo de impotencia cómo las aguas se han tragado ya sus paseos fluviales y amenazan con penetrar en hogares, empresas y algunos de los monumentos más visitados del mundo.
El pico de la crecida, dicen las autoridades, deberÃa alcanzarse la misma noche del viernes para alcanzar una altura cercana a los 6,50 metros, un nivel que no se veÃa en la Ciudad de la Luz al menos desde 1982.
La alerta en ParÃs continúa siendo naranja, es decir, un escalón por debajo de la roja, que deberÃa decretarse si la avenida superase los siete metros y que implicarÃa de hecho la existencia de un peligro real para las personas y los bienes.
La conmoción ante las imágenes de los icónicos "bateaux mouches" anegados por el agua o de las estatuas del Louvre rescatadas a la carrera por los funcionarios del museo parecen hacer olvidar que en Francia ya han sido evacuadas al menos 20.000 personas en otras localidades vecinas y al menos dos personas han muerto.
Ese no es el caso en pequeños municipios al sur de ParÃs como Villeneuve Saint Georges, donde vive Tania Pereira, empleada de una compañÃa de limpieza que se resistÃa hoy (ayer), a dejar su casa por temor a no poder regresar a ella cuando acabase la jornada.
Esta mujer de origen caboverdiano relató cómo la electricidad no llega a su hogar desde el jueves, e ignora cuándo podrá recuperar el suministro.
En ese mismo instante la estampa era amenazadora en ParÃs, pero despertaba más curiosidad que inquietud entre los numerosos turistas que se agolpaban en los puentes sobre el Sena para presenciar en primera persona un momento histórico.
Las autoridades tratan de tranquilizar a la población con un lenguaje muy precavido y en el que siempre se recuerda que "en este momento" no hay riesgo sobre la población de la capital aunque las previsiones no son una ciencia exacta.
Más allá de la suspensión de una lÃnea del tren de cercanÃas y de dos estaciones de metro, de la clausura de las vÃas de circulación junto al rÃo o del cierre de museos como el Louvre, el Orsay o el Grand Palais -que lo seguirán estando hasta el martes-, lo cierto es que ParÃs continúa con normalidad su vida cotidiana.
Royal señaló que a lo largo de esta noche las aguas se estabilizarán en una altura de entre 6,10 y 6,40 metros, todavÃa lejos de las crecidas que hace algo más de un siglo, en 1910, causaron las peores inundaciones que se recuerdan en ParÃs.
Con el paso de las horas, los meteorólogos anuncian que las precipitaciones se irán desplazando hacia el noroeste de Francia, lo que puede desplazar la amenaza hacia ciudades como la histórica Ruán o el pueblo de Giverny, donde se halla la casa-museo del pintor Monet, que ya ha cerrado sus puertas.
Fuente: ParÃs, 3 (EFE).-
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