Una de las presiones más perniciosas es, sin duda, el bloqueo. Al impedir el paso por un camino, o simplemente una calle, se atenta contra uno de los derechos civiles consagrados en el artÃculo 21 de la Constitución PolÃtica del Estado, el de la libre circulación en todo el territorio boliviano.
El bloqueo que el transporte pesado inició el lunes es una medida de ese tipo, perniciosa e ilegal, pero, curiosamente, está dirigida en contra de otro tipo de bloqueos.
Lo que los transportistas piden es que se modifique el Código Tributario de tal manera que, al momento de pagar impuestos, los contribuyentes puedan presentar facturas de descargo de cualesquier actividad económica y no de una especÃfica.
Su pedido es más que razonable si se toma en cuenta que la base del tributo es su universalidad. Sobre ese principio, todos deberÃamos pagar impuestos -sin excepciones odiosas como las de los cocaleros y cooperativistas mineros- pero el tributo no deberÃa convertirse en una tortura. Asà como hay paraÃsos fiscales, Bolivia fue calificado como "infierno fiscal" debido al manejo anticonstitucional y retrógrado de la recaudación de impuestos.
Entonces, el bloqueo del transporte va en contra del bloqueo que las normas tributarias nos imponen cada dÃa.
(*) Premio Nacional en Historia del Periodismo
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.