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Viernes 27 de mayo de 2016

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Informe Especial

El amor de madre se siente en el corazón y no viene de la sangre

27 may 2016

Fuente: LA PATRIA

Por: Alicia Navía Mier - Periodista LA PATRIA

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El amor de madre es el que se siente en el corazón y no el que se une a través de la sangre, porque criar, alimentar, cuidar, proteger a los niños y adolescentes no es fácil, es una tarea difícil que puede ser entendida por una persona que no duerme pensando en la economía para mantener a los niños, enfrentar junto a ellos, los problemas sociales, familiares y de la edad, ese ser simplemente es una Madre.

Es como sentimos al compartir con la familia de Lidia Jorge Ticona, madre sustituta que tiene a su cargo 9 niños entre 6 a 16 años, cinco mujeres y cuatro varones que estudian en distintas unidades escolares y a los que cuida como si fueran sus propios hijos.

Lidia siente lo que una madre pasa con sus hijos, la necesidad de brindarles especialmente cariño y comprensión lo que hace que realice sacrificios como el de levantarse a las cinco de la mañana para emprender una larga jornada a partir de estar lista y bien arreglada para que sirva de ejemplo a los hijos.

Pero todas las mamás que no cuentan con tantos hijos, piensan que es imposible esta labor, porque en muchos casos con solo dos niños ya es un tanto problemático atender el quehacer de la casa, su cuidado y otras labores al margen del trabajo si se cuenta con alguno.

Pero lo que nos recuerda Lidia, es que lo más importante es organizar el tiempo, motivo por el que una vez que ya se alista personalmente, prepara el desayuno primordialmente para los hijos que pasan clases en la mañana, una vez que les deja en el minibús que les llevará hasta su unidad educativa, retorna para servir el desayuno a los más pequeños, quienes después de tomar el desayuno realizan sus deberes escolares si tienen algo pendiente.

En caso de terminar sus deberes, la mamá empieza a cocinar el almuerzo, mientras tanto los niños si no tienen más deberes escolares, descansan viendo televisión.

Llega el medio día y los "pequeños" que fueron a clases empiezan a llegar y se tiene estipulado entre ellos a manera de convenio, que ayuden en los quehaceres como el de preparar la mesa para el almuerzo, recoger posteriormente la mesa y otros se encargan de asear la vajilla que fue utilizada, mientras tanto los que pasan clases en la tarde se alistan para irse al colegio que de similar forma son dejados por su madre en el minibús que les llevará hasta la puerta de su unidad educativa.

En la tarde, Lidia realiza las labores cotidianas de la casa con algunos de sus hijos, limpiando y poniendo en orden la vivienda y a la vez revisando las tareas o cuadernos de sus hijos, y en caso de recoger a los niños, se da tiempo para trasladarse hasta el colegio de sus hijos para averiguar con los maestros cómo se encuentra la situación escolar de los menores.

Pero no todo es esto, también existen momentos de calidad que les brinda al llevarles de paseo, de viaje donde se incorporan sus otros hijos que estudian en la universidad que cuando llegan de La Paz, siguen siendo parte de la familia.

Por cierto, hubo dos becas para bachilleres de Aldeas SOS y ganaron dos de sus hijos, para estudiar en la Universidad Privada Boliviana, lo que la llena de emoción y orgullo.

Y es de esta forma como pudimos disfrutar de unos minutos compartiendo el arte bello de ser madre, cuidando a niños y niñas que agradecen el cariño y atención de sus hijos de corazón.

Fuente: LA PATRIA
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