Viernes 27 de mayo de 2016
ver hoy
Hoy veintisiete de mayo, el frÃo hizo que abriera los ojos más temprano, inquieto observo sobre la superficie de su pequeño altar la fotografÃa de mi madre, enciendo sus velitas saludándola:
"Buenos dÃas mamita, hoy es tu dÃa": DÃa de las Madres felicidades! de pronto... como si recién entendiera la cruda realidad se estremece mi cuerpo preguntándome, "¿Dónde estás viejita linda?"
Quiero abrazarte, acariciarte, besarte, mas no lo puedo hacer tiempo ya, porque te marchaste de mi lado, dejándome en una orfandad profunda, oscura, terrible, que sólo tu recuerdo me da fuerzas para continuar viviendo.
Este frÃo trae a mi memoria tus palabras maternales:
"Hijo, ¡abrÃgate hace frÃo!"
Entonces siento tus manitas protegiéndome del frÃo, mi corazón se acelera perdiendo yo la calma para reclamarte a gritos:
iDónde estas viejita linda!
Con algo de magia escucho ésas tus palabras que decÃan:
"Nada en la vida es eterno hijo"
Discrepo con esas tus palabras viejita, pero lo sagrado y bueno de esta vida deberÃa quedarse con uno por siempre y para siempre, pero... noto que sus velitas están llorando, mis emociones se contraen de felicidad al saber que me estás escuchando, mis lágrimas se desbordan de alegrÃa, de esa fuente que tú misma alimentaste con tanta dulzura y éstas son mis mensajeras, reclamándote con ternura infinita: