Miercoles 25 de mayo de 2016
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El 25 de Mayo de 1809, cuando las altas campanas de La Plata tañeron, con poderosa voz que recorrió la quietud de los valles. Se sumergió en las frondas rumorosas de las selvas y se expandió en la infinitud del altiplano. El sonoro canto de su bronce, fue el anuncio de la Guerra de los Quince Años que liberó del poder español los territorios de la Audiencia de Charcas, fundando, así, la República de Bolivia.
Del amplio y épico friso que nos muestra la gesta de nuestros guerrilleros, deseamos destacar la marcial figura de doña Juana Azurduy de Padilla, Amazona de América.
Muchos han sido los autores que han dedicado sus más grandes loas a la heroína. Sin embargo, sentimos que nunca serán suficientes, porque no fueron oportunos, porque no supieron valorar la grandeza del sacrificio de la madre, de la esposa, de la mujer. Y por esto mismo, podemos asegurar que doña Juana cabalgará por los cielos infinitos de la gloria, compartiendo lauros con don Manuel Asencio, junto a sus valientes huestes; a lado de Juan Huallparrimachi, que cantará en épicos versos sus heroicas hazañas.
