Corpus Christi: acción de gracias o ingratitud

En el mundo católico la festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en el Santísimo Sacramento se conoce como "Corpus Christi".

En el siglo XIII, siendo Papa Urbano IV, en la localidad italiana de Bolsena se produjo un milagro eucarístico. El sacerdote Pedro de Praga que oficiaba el Santo Sacrificio de la Misa, tenía dudas sobre la Presencia Verdadera de Jesús en la Eucaristía. Llegado el momento de partir la Hostia consagrada brotó de ella Sangre que empapó el corporal.

El hecho milagroso llegó a oídos de Su Santidad el Papa quien siendo destacadamente devoto del Santísimo Sacramento, y con el aliento de algunos obispos publicó la Bula "Transiturus" en 1264, en la que ordenaba que se celebrara la solemnidad del Corpus Christi el jueves posterior al domingo de la Santísima Trinidad, encomendando el Pontífice a Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico, teólogo y cantor de la Eucaristía, la composición del oficio del Corpus Christi, clasificado como uno de los más hermosos del Breviario Romano.

Si el Señor se manifestara a nosotros mediante un milagro eucarístico, ¿pondríamos atención o seguiríamos buscando otra señal? Nuestro Señor Jesucristo nos lo había advertido: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se dejarán persuadir, ni aun cuando alguno resucite de entre los muertos" (Lc 16, 31.

Ha ocurrido recientemente en Legnica, Polonia. El obispo Zbigniew Kiernikowski, ha reconocido oficialmente el milagro eucarístico verificado en la Iglesia de San Jacinto de esa ciudad sucedido en 2013. En la Misa de Navidad durante la administración del sacramento una Sagrada Forma había caído al suelo, recogida y colocada en un recipiente con agua, como lo señalan las normas litúrgicas, hecho lo cual, de ésta comenzó a brotar sangre y a formar carne que hizo pensar en un tejido humano.

El prelado sometió el milagro a la Congregación para la Doctrina de la Fe, previamente se habían realizado diversos estudios científicos, uno de los cuales señala que "en la imagen histopatológica, en los fragmentos (de la Hostia) fueron halladas partes fragmentadas del músculo estriado transversal. Semejante al músculo cardiaco. Los estudios también determinaron que el tejido es de origen humano, y se verificaron en él señales de agonía".

El parecer teológico de la Congregación fue favorable a la exposición de la hostia milagrosa para su veneración pública.

Nunca se ponderará suficientemente la dignidad de la Santa Misa y su fecundidad en el campo sobrenatural. Se han multiplicado las irreverencias y profanaciones eucarísticas. El culto al Santísimo Sacramento está descendiendo alarmantemente, da pena afirmar que dicho abandono del Dios del Sagrario es verdadero, y esto ocurre hasta en las comunidades religiosas, que han sustituido la adoración por una frenética actividad.

Para que la oración sea auténticamente cristiana es esencial el encuentro de dos libertades, la infinita de Dios y la finita del hombre. En el clima de la civilización moderna, el hombre pierde la actitud de meditación de reflexión, de recogimiento y de admiración, estar delante de Dios, en espíritu de adoración y de glorificación, de acción de gracias y de alabanza, de reparación y de consagración, de oración y de súplica, que nacen de un corazón libre porque es capaz de reconocer a Dios.

Y como una muestra de delicadeza extrema, Jesús, está en tantos sagrarios, a dos pasos de nuestros hogares o de nuestros puestos de trabajo, pero está casi siempre solo.

Queremos ser felices huyendo del manantial de la vida eterna que produce una felicidad especial y completa en cualquier persona que sepa vivir la intimidad del Sagrario.

"Todos debemos estar vigilantes al respecto. En humildad de corazón debemos recordar, que la recepción eucarística y la adoración eucarística son nuestra más grande necesidad cristiana y por lo tanto nuestro más alto deber. Aquellos en el ministerio pastoral tienen una necesidad especialmente urgente de este fortalecimiento espiritual, precisamente porque ellos son responsables de muchas almas del Cuerpo místico de Cristo. El rebaño está sediento, y ¿cómo les podemos llevar el balde de agua, si no hay agua en el balde? Cuanto mayor sea nuestra responsabilidad en la Iglesia, mayor es nuestra necesidad de ser llenados, para que podamos alimentarnos y dar de beber al rebaño de Dios" (Mark I. Miravalle, STD, El dogma y el triunfo).

"Jamás hubo nación tan grande que tuviera a sus dioses tan cercanos así como lo está a nosotros Yaveh, Dios nuestro" (Deuteronomio 4,7), no dejemos a Jesús caminar solo.

(*) german_mazuelo_leyton@yahoo.com