Desvaríos

Las últimas noticias que dan cuenta de actitudes de la justicia boliviana y de personeros del gobierno sencillamente escandalizan, sorprenden, aterrorizan y también, en algunos casos causan gracia. Acaso sea porque vivimos en un país de características típicas y muy propias en su accionar político y jurídico. O quizás todo se deba a que todas y todos estamos al borde de un ataque de nervios.

APOCALÍPTICO

Según lo expuesto por el ministro Quintana en la reciente interpelación, nos aprontamos a la batalla del Armagedón; pues eso se desprende de sus afirmaciones cuando sindica una supuesta confabulación estratégica entre el "cartel de medios" y la "derecha opositora" que, según él, devendrá en violencia posterior. Acusa a Doria Medina de haber financiado a Comcipo, y a otros partidos de derecha de auspiciar a los discapacitados. Al parecer todo esto para arribar a un paroxismo de violencia. Pregunta: ¿no es alentar a la violencia el legalizar el uso de dinamita en marchas? Ironías en nuestra querida patria.

OBSESIVO

La cuestión del hijo o no hijo de la señora Zapata y su excelencia parece haberse vuelto en un tema obsesivamente recurrente. La fijación de las declaraciones de ministros y personeros siempre gira en torno al niño. Al parecer para distraer temas de fondo como el supuesto uso de influencias y el enriquecimiento ilícito de la susodicha dama.

A estas alturas ya sería irrelevante la existencia o no del niño. Hay que quitar lo obsesivo de allí. Lo que se pretende aclarar son otros temas que podríamos resumir en estas preguntas: ¿Por qué los chinos contrataron a alguien que ni siquiera tenía título de bachiller?, ¿Cómo fue que los chinos la tomaron por abogada, sin serlo?, ¿Acaso alguien la recomendó?, ¿Cómo explicar los 250.000 dólares que pagó Zapata para anticretar un palacete?, ¿En verdad tuvo nexos con Quintana y otros funcionarios?, etc.

TERRORÍFICO

La detención del abogado León, sorprende, pasma y causa susceptibilidad a la población. Sorprende porque no se da en otras latitudes. Así por ejemplo en los Estados Unidos los peores criminales son provistos de oficio por el estado con abogados que cumpliendo su labor profesional tratan de librar de culpa o amortiguar la sanción para sus defendidos. Por cierto nuca se supo de algún abogado que por estar defendiendo, pongamos por caso, a un asesino maniático haya sido inculpado y luego detenido.

La cacería de brujas contra los abogados defensores crea un antecedente muy peligroso en la justicia boliviana, con tintes de terror, pues seguramente las y los abogados tendrán que pensarlo dos y tres veces antes de aceptar alguna defensa y si la aceptan acaso tengan que defender a medias para no ser sindicados de cierto tipo de complicidad. Qué terrorífico se viene el asunto.

ABSURDO

El periodista Carlos Valverde, reconoció que el supuesto niño no existe. Y éste argumento es utilizado para señalar que, por ende, el periodista habría causado daños y perjuicios a don Evo en el pasado referéndum propiciando la victoria del No. Por consiguiente el periodista debería resarcir los perjuicios. Y ¿cómo hacerlo? Pues propiciando otro referéndum.

Lo anterior suena a absurdo. Miles y miles de bolivianas y bolivianos ya tenían su decisión tomada meses antes de que se supiera la existencia de doña Gabriela Zapata y la decisión se basaba, entre otras cosas, en la alternabilidad democrática en el mando, para evitar una suerte de dictadura disfrazada de democracia.

Ahora que otros miles de ciudadanos hayan votado por el No en virtud del caso Zapata, tampoco resulta extraño porque éste tipo de situaciones, en cualquier lugar del mundo siempre afectan a los personajes públicos y hay que asumirlo así.

(*) Licenciado en Comunicación Social