Sábado 21 de mayo de 2016
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No es el tiempo de debatir ni reformar la Ley de Imprenta. No con este gobierno. Hay necesidad de correcciones, pero eso debemos posponerlo y proponerlo "todos", incluyendo periodistas y pueblo, porque la libertad de comunicar es de todos. No es privilegio de nadie, menos del Gobierno que quiere tener voz y mando en todo. La Ley de Imprenta es uno de los bastiones más firmes contra el abuso del poder polÃtico. Es un derecho subjetivo polÃtico y público de cada quien, no sólo de periodistas. No se revisa la Ley de Imprenta, sino en un gobierno estrictamente democrático y no dictatorial, cuando las condiciones estén dadas, cuando los polÃticos demuestren racionalidad y coherencia en sus puntos de vista y no impongan caprichos y absurdeces afines a sus intereses partidarios.
La comunicación es un derecho universal, y la Ley de Imprenta dentro del ordenamiento institucional, viene a ser algo asà como el reglamento del derecho a la comunicación y a la información. Es la única que nos permite entender nuestros derechos en materia de libertad de comunicaciones. Respalda la libertad de autonomÃa de cada uno frente al Estado: "Todo hombre tiene el derecho de publicar por la prensaÂ?" en continuidad de la libertad de expresar nuestros pensamientos e ideas, lo que promueve a la vez la formación de la opinión pública que es condición para todo proceso democrático, ya que revela las múltiples visiones polÃticas sobre nuestra comunidad, corrobora además a la función de crÃtica sobre mal desempeño de los funcionarios del Gobierno.
El poder masista controla el Poder Judicial y un absurdo Poder Legislativo. Quiere cambiar la Ley de Imprenta, probablemente a su gusto y capricho, para perpetuarse en la administración del paÃs, para ocultar y evitar que se descubran las malversaciones y la corrupción en la que están podridos los funcionarios estatales. No hay acceso a la información ni mucho menos transparencia en el manejo de los recursos del Estado. El poder polÃtico, siempre practica el mismo juego para controlar a la gente controlando la información.