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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Soberbia, mala consejera para gestión de gobierno - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
En la vida de los pueblos, quienes han dirigido campañas en pro de las libertades e independencia, lo han hecho munidos de respeto, amor y consideración por los derechos buscados y logrados para el bienestar de las comunidades; pero, muchas veces, varios de esos protagonistas han sido atacados por la soberbia o excesiva ostentación o manifestación de lo que hicieron o lograron y se han creído propietarios de todo ello; este craso error dio lugar a que la comunidad que creía en los méritos y virtudes de personajes en los que se confiaba caigan estrepitosamente y merezcan el repudio o rechazo.
La soberbia es, en la mayoría de quienes poseen poder político, económico o social, el defecto mayor que los perjudica y les hace perder confianza y credibilidad que, luego, es muy difícil recuperar. La soberbia es cimiente del orgullo y, en casos, de la fatuidad que es condición pasajera, efímera, circunstancial que no conlleva mérito alguno. Muchas veces la soberbia da lugar a que se pronuncien palabras y frases duras, injuriosas contra quienes se cree contrarios y que, en lugar de ofender a quienes están dirigidas, causan daño y desprestigio en quien las profiere.
En el gobierno de los pueblos, una acción de servicio y amor, no pueden primar las poses de soberbia o, tal vez mejor, las conductas en que se cree ser lo máximo, poseedor de verdades absolutas; no pueden haber poses en que se pretende mostrar autoridad con palabras y frases grandilocuentes que desmerecen totalmente a quien las pronuncia, no puede haber servicio si no hay el mínimo respeto y condiciones de humildad y caridad. Muchas veces, la política partidista, en gobiernos legales o defacto, determina generalmente, por consejo o sugerencia de áulicos que aconsejan lo indebido e inconveniente, que se profieran declaraciones alejadas de respeto y consideración por quienes no están en consonancia con los que tienen poder y es ahí donde se utilizan términos hirientes, malhumorados y que buscan tener razón cuando la soberbia que ejercitan muestra que la razón es lo menos que tiene quien vive acomplejado, creído, petulante y alejado de principios de respeto y consideración por los derechos de los demás.
Es, pues, urgente que en políticas de gobierno se tomen en cuenta las condiciones de respeto, buenas maneras, educación, cordialidad y dignidad en todo lo que se dice o hace para que todo resulte creíble y confiable, porque aquello que está provisto de términos donde se refleja la soberbia y la petulancia, nunca tienen los efectos deseados; al contrario, producen rechazo y desconfianza; es pues importante que se entienda que gobernar es servir con altura, dignidad, amor y respeto condiciones que harán creíbles los planteamientos y mostrarán verdades en las que se puede confiar porque han sido expresadas en planos de concordia y armonía.
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