Por este tema de los hitos y nuestro límite fronterizo con Chile, la línea divisoria se encuentra en gran parte en la jurisdicción del Departamento de Oruro y otra en la parte potosina, donde por ejemplo se encuentran los manantiales del Silala cuyas aguas desvió Chile para consumo de su población.
Al haberse determinado recuperar esas aguas para que las mismas sirvan para desarrollar proyectos importantes en la árida zona boliviana, parece que el hecho preocupó a los chilenos, demostrándose de ese modo cuál es en verdad la importancia que los vecinos dan al uso del elemento liquido boliviano.
El Gobierno boliviano además dispuso que a través de la cancillería se presente un nuevo reclamo a la Corte Internacional de Justicia (CJI) en La Haya, esta vez demandando un tratamiento responsable y un pago justo a Bolivia por el uso de aguas del Silala en un largo periodo que suma el siglo y que Chile no arregla.
Para buenos entendedores, la respuesta llegó aunque uniformada y bien pertrechada para ubicarse a sólo 15 kilómetros de la frontera con Bolivia y muy cerca de poblaciones de la provincia Atahuallpa del Departamento de Oruro, por eso es que decimos que "los efectivos militares chilenos muy bien armados están muy cerca de Oruro".
Se han formulado los reclamos pertinentes, se muestra preocupación y molestia en el caso boliviano, ante una actitud evidentemente provocativa de las autoridades chilenas que ubicaron una base militar a 15 kilómetros de la línea fronteriza de la región, lo regular en cualquier tipo de operaciones es una presencia de por lo menos 50 kilómetros, que en este operativo se desconoce.
Las autoridades chilenas quieren justificar su movilización castrense, señalando que se trata de "ejercer mayor control en su zona fronteriza contra el contrabando y el narcotráfico", hecho risible, como señalan algunas autoridades de nuestro país y lo reconocen otras del propio Chile, pues si de contrabando se trata el mayor flujo irregular de mercadería se produce con destino a Bolivia y desde puertos chilenos. Lo del narcotráfico, esos mismos puertos y la amplitud de la frontera permite un movimiento fuera de control, con más problemas para Bolivia que para Chile.
Lo evidente es que en Chile informaron sobre "ejercicios de rutina", pero en ningún momento oficializaron sobre la instalación de una base militar y presencia de efectivos militares muy bien pertrechados, además de que la misión cuenta con equipos modernos de comunicación satelital y hasta se menciona que estarían instalados algunos lanza misiles. Equipo pesado y sofisticado para controlar el contrabando y narcotráfico, en un despliegue demostrativo de fuerza según la opinión de autoridades nacionales.
La base militar chilena en Cariquima está 26 kilómetros de Pisiga y a sólo 15 de la provincia Atahuallpa, localidades también próximas a la jurisdicción potosina, distrito del que se desviaron las aguas del Silala, todo un proceso irregular que vulnera normas de seguridad y de respeto recíproco, que contienen Tratados que son incumplidos, inclusive se desconoce el espíritu de la declaración de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que plantea un trato transparente permanente comunicación entre países en materia de defensa. Bolivia con el derecho que le asisten los acuerdos planteará en la Unasur un reclamo en torno a la actitud beligerante de Chile, recordando que Bolivia es un país pacifista por naturaleza, rechazando de ese modo la actitud belicista de los chilenos.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.