Daniela Bueno Fernández con la esgrima en la sangre

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Mirada concentrada en el rival, los pies abiertos y firmes, el brazo extendido con la mano sujetando el sable, los reflejos listos para actuar en el momento que se lo requiera, la adrenalina fluyendo por todo el cuerpo, pero sobre todo con la mente positiva con la finalidad de conseguir la victoria.

Así es la postura de Daniela Bueno Fernández cuando sale al combate, quien lleva la esgrima en la sangre. Ella nació en Oruro el 29 de septiembre de 1995. Fue bachiller del colegio Particular Bolivia, actualmente es estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

Otro detalle que destaca Daniela es la vestimenta deportiva que se utiliza para cada uso de las armas, unas con mayor protección en función a las características que tiene.

Por ejemplo, en la espada toda la vestimenta es blanca, incluida la máscara, mientras que en el sable, aparte del uniforme blanco, se lleva una chaquetilla especial que es del torso para arriba, más el uso de la máscara.

Los puntos se califican en el caso de la espada tocando todas las partes blancas, aspecto que no ocurre lo mismo que en el sable o el florete, donde prevalece el ataque.

Daniela empezó con florete a los ocho años y necesitó de mucha disciplina para llegar al nivel que esperaba, además de gozar de un buen físico porque se necesita mucha elasticidad y resistencia.

"Al principio hacemos puro físico y cuando estamos en un nivel acelerado, recién te dan el arma para comenzar con la técnica. Yo entrené en La Paz, un año aproximadamente y cuando vine a Oruro no había quién me entrene así que lo hice por cuenta propia", manifestó.

En lo que respecta al sable, la esgrimista señaló que es más ágil y lo que le gusta más es la acción, en resumen, el que sale antes y el que toca primero, "la adrenalina que sientes es única, es algo incomparable, es algo lindo".

Para Daniela la preparación es física y mental, para ir a un torneo ella lo hace con mayor frecuencia y un mes antes el entrenamiento es intenso. Al mismo tiempo analiza las técnicas de los rivales y la preparación también con el estudio. Si bien no tiene una cábala, ella consume chocolate para tranquilizar los nervios e ingresar al combate más serena.

Una vez que se enfrenta al rival, afronta los primeros puntos en contra, pero no por dar ventaja al rival, sino para conocerlo y saber cuál es su lado débil y contraatacar. Todos los esgrimistas tienen una línea, pero siempre descuidan o el brazo o el torso.

La experiencia más inolvidable de la esgrimista fue cuando asistió al Panamericano en Venezuela en el 2012, donde se encontró con grandes esgrimistas. Antes de entrar al combate los entrenaban en escenarios gigantes, había otros para el calentamiento y por supuesto para la contienda misma. A ese torneo solo fueron dos bolivianos Daniela y un deportista de Sucre.

En su carrera deportiva, fue varias veces campeona nacional y el 2008 logró la medalla de bronce en una competición en Chile el 2008. El 2014, le entregaron el Faro de Plata en el reconocimiento a los mejores deportistas de esta gestión.

Un hecho que le llama la atención y lo dice con mucha pena, es que para la esgrima no existe apoyo por las autoridades deportivas, a más de darles un deportivo para todo el año o pagarles algunos pasajes para ir a competir al interior del país, pero por lo demás son los propios deportistas que deben pagarse todo.

"No hay apoyo, al grado que en competencias nacionales a veces tenemos que prestarnos de otros deportistas del interior o se tiene una sola indumentarias para varios", señaló.

Ese hecho le vino a la mente cuando tenía 11 años, participó en una competencia nacional, pero su arma no servía porque el sensor no transmitía los puntos cuando iba contra el rival, si bien el árbitro revisó parando el combate, en la misma competencia no daba para nada.

Pese a esa situación, pese a la falta de apoyo, siguió practicando este deporte, pero con otra visión, ahora la de enseñar que es uno de los proyectos que tiene a corto plazo.

Su intención es tener una escuela de esgrima para formar a futuras generaciones de esgrimistas orureños, desde niños hasta jóvenes.

"Este deporte no es torpe como se piensa, es un deporte elegante, es un deporte en el que tienes que tener habilidades, no solo destreza de ser elástico, sino también en el sentido de técnica, agilidad mental, examinar la debilidad del contrincante, estés o no compitiendo. Al final se forma una familia, si bien no todos tienen la indumentaria, compartimos para cubrir esos requerimientos", añadió.

Daniela tiene la esperanza de que la suerte de la esgrima en Oruro cambie, no solo con nuevo talento, sino también con el apoyo de las autoridades.

Fuente: LA PATRIA