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Domingo 15 de mayo de 2016

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Revista Dominical

Cuando la dama debe ser el hombre

15 may 2016

Fuente: LA PATRIA

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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"No levantes cosas pesadas. �l nació con el músculo necesario para levantar sofás, televisores, libreros y demás", este consejo de Steve Harvey, en su libro "Actúa como dama pero piensa como hombre", resuena en mi cabeza cada que me toca comprar gas, hacer reparaciones en la casa, cuando hay que cambiar una llanta o hacer otra tarea que se supone que es de hombres y pienso en las muchas mujeres que se encuentran en la misma situación.

Hoy por hoy, las relaciones son poco estables, son altos los índices de divorcio y las parejas cada vez permanecen menos tiempo juntas una vez que deciden dar el paso y dirigirse al altar, ilusionados con tener una familia y vivir juntos "hasta que la muerte los separe", es más, la frase se ha cambiado de distintas formas, "hasta que el dinero nos separe", "hasta que la suegra se entrometa", "hasta donde llegue mi paciencia", etc.

En la actualidad también se ven muchos casos de madres solteras, por decisión, por imposición o por casualidad, pero el punto es que están solas y deben esforzarse por salir adelante y ayudar a sus retoños a forjarse un futuro.

De esta manera es cómo muchas damas empiezan a asumir el rol del varón en el hogar y pues no tienen otra que aprender a realizar ciertas tareas por muy pesadas que sean, se acostumbran y cuando llega alguien del sexo opuesto a sus vidas ellas ya están acostumbradas a no depender de él.

Escuché de un hombre decir que las mujeres queremos superar a los varones, no obstante, yo creo que la mayoría de las féminas andamos en búsqueda de la equidad y muchas sueñan con que llegue el príncipe azul, el tipo, perfecto o no, que se encargará de las tareas pesadas, de proveer y proteger, pero hasta que ese día llegue hay que seguir viviendo y responsabilizándose por el hogar y sus múltiples matices.

Muchos hombres creen que porque unas mujeres lucharon por la liberación femenina, por la equidad, se buscaron el tener que realizar el doble de trabajo, el ocuparse de tareas pesadas, por querer equipararse en inteligencia ahora están agobiadas con sus funciones de asalariada y de madre y ama de casa. Inclusive, esto es motivo de mofa entre algunos miembros del llamado sexo fuerte.

Sin embargo, hombres y mujeres somos diferentes y cada quien tiene distintas capacidades. Lo cierto es que los humanos somos ilimitados y podemos hacer de todo, es cuestión de ponerse manos a la obra.

Conocí a una muchacha en el Chaco argentino, cuando estábamos con mis compañeros en viaje de estudios, su padre había muerto y no le quedó otra que hacerse cargo del negocio que él le heredó, tenía una llantería. Se pinchó la llanta de nuestro ómnibus y nos detuvimos allí para solicitar una reparación. Ella tenía ayudantes varones, pero por más esfuerzo que hacían no podían quitar la cámara para su respectivo parchado, entonces ella agarró las herramientas y en un abrir y cerrar de ojos hizo lo que dos o tres varones no pudieron, quitó la cámara, la repararon, colocó de nuevo la llanta en su lugar y una de mis amigas, impresionada le tocó uno de sus brazos, y comentó que los tenía musculosos como los hombres. Así es, como dice Steve Harvey, para eso ellos fueron dotados de músculos, pero si no queda otra que sobrevivir una chica tiene que hacer lo que tiene que hacer.

Pero también conocí a féminas de lo más delicadas, aquellas que sin la presencia de un varón en sus vidas no podrían sobrevivir porque los necesitan hasta para cambiar un foco o cualquier tarea sencilla. Antaño, inclusive habían las que preferían soportar todo tipo de situaciones, por muy desagradables, con tal de contar con el apoyo de un hombre, de su protección, es más se sentían incapaces de salir adelante sin su marido.

Por esas razones también las mujeres desarrollaron muy bien el arte de la seducción, pues tenían que practicarlo para conseguir quien les provea, les ayude y las proteja; es decir, para lograr de ellos lo que ellas querían.

Ambos son extremos de una situación. Al final de cuentas, pienso que en todo debe haber un equilibrio, debemos alcanzar la armonía, dejar que la guerra de los sexos quede en un programa de televisión y nada más, que comencemos a desarrollarnos como seres humanos con todas nuestras capacidades y si estamos en pareja complementarnos.

Si la mujer tiene que asumir el rol del varón, por muy acostumbrada que esté, por el bien de la pareja, cuando se encuentre en ese estatus, debe aprender a ceder, a soltar un poco y dejar que alguna vez alguien se ocupe de ella, que la mime, la proteja y le provea. Pero tampoco se trata de andar por el mundo jugando a la princesita y esperando que sea el hombre quien se encargue de absolutamente todo, como dije antes, se trata de encontrar un punto medio.

Una vez alguien me dijo que las damas no nacimos para amar sino para ser amadas, que nacimos para ser protegidas, cuidadas y mimadas, a lo que respondí que no estoy de acuerdo, pues de lo que estoy segura es que todos, hombres y mujeres, buscamos el amor, y la forma más concreta en que se manifiesta es en dar, donarse uno mismo por el bien del ser amado y si el sentimiento es mutuo ambos se complementarán de la mejor manera.

Mientras tanto, mujeres sigamos en la brega diaria por crecer como personas, mermando defectos y acrecentando virtudes, a continuar viviendo y mantener el espíritu en alto, fuerza a quienes están solas y mucho ánimo porque Dios jamás no dará más de lo que podamos soportar.

Fuente: LA PATRIA
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