La lucha contra los combustibles fósiles y las soluciones falsas

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La campaña "Libérate de los combustibles fósiles" busca generar presión por parte de la sociedad civil hacia los gobiernos que se comprometieron a bajar sus emisiones de carbono en la reciente cumbre del cambio climático en París. Consiste en una serie de manifestaciones ciudadanas alrededor del mundo que van desde las marchas y protestas hasta los artículos en medios de prensa local, nacional e internacional.

Bolivia sigue siendo un país dependiente de los hidrocarburos. Si bien la nacionalización de las empresas hidrocarburíferas ha significado un avance en la economía nacional, también es cierto que los escándalos de corrupción se siguen haciendo presentes y la información sobre el pago de impuestos, licencias, contratos, producción y otros elementos clave en torno a la extracción de recursos no es accesible para la ciudadanía en general.

Pero también se ven con ojos críticos las falsas soluciones propuestas por el Gobierno boliviano. Entre estas, la idea de la construcción de la planta nuclear más grande de Latinoamérica en nuestro país es una que mueve muchas voces de alerta. La misma tendrá un costo de 300 millones de dólares y estará situada en la ciudad de El Alto.

Este año se firmó el acuerdo entre la corporación rusa Rosatom y el Gobierno boliviano para dar inicio al centro nuclear de investigación con fines civiles. Según el director de la entidad rusa, Sergey Kiriyenko, se aplicará el máximo de esfuerzo, conocimiento y experiencia rusa para que el centro sea el mejor de América Latina.

En la firma del acuerdo, el Presidente Evo Morales manifestó que "Ahora podemos garantizar estas grandes obras de impacto con cooperación de Rusia, a veces de China, a veces de Europa. Qué bueno sería que otras potencias también estén presentes con inversión y cooperación y no solamente con agresión (y) con provocación".

De acuerdo con el doctor en Física considerado el experto más destacado sobre energía nuclear en el país, Francesco Zaratti, no se justifica que en Bolivia se instale una planta nuclear cuando en el país todavía se confrontan necesidades de mayor magnitud en el plano social y económico. Añade que Bolivia no requiere de una planta nuclear porque tiene los recursos necesarios para generar energía limpia y segura para la población.

Otro punto a considerar es el efecto que un proyecto nuclear de tal magnitud podría tener en las relaciones internacionales del país. Tomando en cuenta la situación actual de Irán con respecto a las armas nucleares y el enriquecimiento de uranio, parece ser que la elección de Rusia como contraparte y proveedor de toda la tecnología nuclear del Centro de El Alto significaría un error estratégico enorme. Zaratti afirma además que nos volveríamos dependientes de la potencia extranjera durante más de 30 años.

Japón sigue luchando contra los residuos radiactivos y el desastre ecológico generado por el accidente en la central nuclear de Fukushima. Cuatro años después del accidente de la central nuclear japonesa, la brecha de percepción del riesgo nuclear está más abierta que nunca entre los expertos y la sociedad. La generación de soluciones energéticas alternativas a los combustibles fósiles es urgente para enfrentar el cambio climático, pero estas no pueden ir en desmedro de la seguridad de la población y la integridad de los ecosistemas.

Para más información sobre la campaña Libérate: breakfree2016.org