Excursiones siguen siendo problema

Pese a existir ciertas normas que deben cumplirse cuando se realizan las excursiones estudiantiles, sucede que no se cumplen y por lo visto la responsabilidad de docentes tiene mucho que ver en el resultado de las mismas, especialmente en planteles secundarios que al final del evento exceden todas las previsiones de una culminación de utilidad educativa y recreacional.

En los pasados días los hechos han demostrado que los alumnos se dan modos para eludir la vigilancia de docentes o estos hacen la vista gorda ante las acciones irregulares que se presentan en los lugares de visita, donde pareciera que los excursionistas dan rienda suelta a reprimidos deseos, por ejemplo de consumir bebidas alcohólicas, acompañadas de cigarrillos, con lo que se presenta un cuadro peligroso por el estado en que los alumnos llegan a la ciudad.

En ese sentido, las excursiones deben planificarse con objetivos educativos y añadir el sentido de compartir sanamente entre compañeros y maestros en otro ambiente que no sea el de la cotidianidad educativa. Cada paseo debe dejar enseñanzas positivas, conocimiento vivencial de lo que los maestros deben anticipar a sus alumnos en torno a los posibles sitios de visita. La jornada tendría que ser de regocijo y de fortalecimiento del compañerismo entre alumnado y docencia.

En qué momento se desvirtúan estos aspectos, es la incógnita para algunos responsables de las excursiones, pues en el bullicioso retorno a la ciudad y al plantel, es cuando aparecen los grupos de alumnos ebrios que hacen de las suyas y sobrepasan las normas de disciplina y el respeto por los maestros y hasta de los padres de familia. Se supone que en cada unidad motorizada se dispone de un "jefe de curso", el directo responsable de la disciplina, pero también de la seguridad de sus alumnos. Si esa autoridad es rebasada, la consecuencia es lo que se observa al final de la excursión, caos y hasta violencia que complica al plantel y anula directamente el interés didáctico de una excursión.

Debido a muchos hechos negativos que se produjeron en las excursiones, es que en algún momento se definió suspender las mismas, inclusive ante la peligrosidad de los viajes en flotas y en algunos casos en camiones, pero�las excursiones se realizan y aunque no se sabe nada de su efecto ilustrativo, lo que queda es un saldo negativo, que se hace público por los hechos vergonzosos que protagonizan alumnos descontrolados.

Las autoridades están molestas y preocupadas al mismo tiempo por los bochornos que producen los excesos de alumnos y el descontrol de docentes. Hay una transgresión total a la prohibición de usar petardos y otros explosivos que alteran la tranquilidad ciudadana y son elementos peligrosos en su uso, pero además se observó también el uso de gran cantidad de papel picado, que los alumnos esparcen por las calles ensuciando las mismas y generando trabajo adicional y costoso a la empresa de aseo urbano.

Lo que tiene que hacerse, es sancionar a los establecimientos infractores y al interior de estas instituciones, adoptar severas medidas contra los maestros que descuiden sus responsabilidades. Para muchos padres de familia, mejor si se suspenden las excursiones.

Fuente: LA PATRIA