Sábado 14 de mayo de 2016
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Existen diferentes tipos de sistemas en ortodoncia, todos con la función de alinear correctamente los dientes y corregir las malas posiciones y malas oclusiones dentales. En cuanto a la ortodoncia invisible, es aquella en la que se utilizan un tipo de aparatos que no se aprecian con facilidad desde el exterior, haciendo que el tratamiento sea más estético que con los arcos y brackets metálicos que cubren la parte anterior de los dientes y que son claramente visibles cuando se sonríe o habla.
Entre las técnicas de ortodoncia invisible, tenemos la lingual (o incógnita) y la invisalign, ambas técnicas son igualmente eficaces y se pueden utilizar en la mayoría de los casos.
Ortodoncia lingual: Estos son brackets fijos que se colocan por la cara interna de los dientes. Estos aparatos tienen la gran ventaja de que al estar puestos en la cara lingual de los dientes no se ven. Son perfectos para los pacientes que quieren llevar un aparato fijo que no se vea, son de un grosor mucho menor que los brackets tradicionales para evitar molestias a la hora de hablar y de comer, aun así existe un período corto de adaptación que todos los pacientes superarán, este tiempo no suele ser mayor de 15 a 20 días. Su efectividad es igual de alta que los tradicionales y la única desventaja con ellos sería su precio algo más elevado, porque en el resto funciona de una manera muy similar. Aunque se puede realizar con materiales estandarizados, lo más frecuente es que los aparatos y los brackets se diseñen a la medida de cada paciente mediante un programa informático en 3D.
Fuente: practicopedia.com