Martes 10 de mayo de 2016

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Al ser la justicia, un tema de interés colectivo la sociedad boliviana en su conjunto está demostrando su indignación al ver cómo la justicia se ha ido convirtiendo en un espacio mercantilista, donde fiscales, jueces, secretarios, policÃas investigadores, psicólogos y algunos abogados juegan a ser dioses terrenales quienes al destello del dinero deciden el destino, presente y futuro de vidas humanas, sin darse cuenta que están destruyendo no sólo estas vidas sino familias enteras, llenando las cárceles de nuestro paÃs de personas que en la mayorÃa no tienen recursos económicos para comprar la bendita justicia, es por eso que decimos "las cárceles bolivianas tienen cara de pobreza, rostro de gente humilde".
Entonces pues, razón suficiente tiene la sociedad de nuestro paÃs para decir ¡basta ya! A la injusticia, ¡basta ya! A la angurria de algunos malos operadores de justicia, ha llegado la hora de exigir una revolución, una reingenierÃa en el sistema judicial, que cambie la vieja forma de hacer justicia, que cambien las estructuras tradicionales de la práctica judicial, refundando el verdadero ideal de justicia, adecuado a la realidad boliviana, otorgando verdaderas garantÃas constitucionales al mundo litigante, dando lugar al nacimiento de una nueva justicia plural y representativa, fruto de un pacto social que represente a toda la sociedad boliviana en su conjunto, aplicando los principios de gratuidad, imparcialidad, efectividad, prontitud y equidad.