La opción de unir a los conservadores que rechazan a Trump en un tercer partido se desvanece ante la evidencia de que esa serÃa la mejor manera de asegurar que Hillary Clinton, la previsible candidata demócrata, tuviera un triunfo seguro en las elecciones de noviembre.
La etiqueta con la que acompañó su mensaje de Twitter, "#NuncaClinton", puede leerse como un toque de atención al movimiento "#NuncaTrump", promovido por un sector del Partido Republicano desde hace meses para evitar lo que hoy ya es casi una realidad incontestable: que Trump será su candidato.
La cara más visible de ese movimiento y último aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, anunció tras la victoria de Trump que no asistirá en julio a la convención de Cleveland (Ohio), donde los delegados designarán al candidato del partido.
La ausencia en la gran cita electoral y los mensajes públicos de rechazo parecen ser los últimos resortes que quedan a las figuras republicanas que quieren desmarcarse de Trump, ahora que ya es altamente improbable negarle la nominación.
A la convención tampoco asistirá ninguno de los dos ex presidentes republicanos vivos, George Bush padre e hijo, y solo lo hará un ex candidato presidencial conservador, Bob Dole.
El candidato republicano de 2008, John McCain, ejemplifica el complejo debate al que se enfrentan muchos de sus compañeros de partido: no irá a la convención y reconoce que tener a Trump de candidato hará muy difÃcil su reelección como senador de un estado con alto porcentaje de hispanos como Arizona, pero aun asà asegura que apoyará al nominado, sea quien sea.
La disyuntiva Trump sà o Trump no, inevitable ya en toda entrevista, pone en aprietos a los que compiten en las elecciones al Senado y a la Cámara de Representantes de noviembre.
Por un lado, muchos necesitan desmarcarse de la retórica xenófoba, sexista y ultranacionalista del magnate para ganar en sus distritos y estados, pero por otro se arriesgan a enfrentarse al que podrÃa ser el futuro presidente del paÃs.
La semana que viene Trump se reunirá con Ryan y otros lÃderes republicanos del Congreso para avanzar hacia la "unificación" del partido.
El lÃder de la mayorÃa republicana del Senado, Mitch McConnell, ya secundó a Priebus en respaldar a Trump y llamar a todo el partido a hacer lo mismo.
Al magnate parece no quitarle el sueño la resistencia de pesos pesados republicanos a apoyarle, consciente de que tiene un arma de la que el partido no puede permitirse prescindir: un electorado muy movilizado y que va más allá de los tradicionales votantes conservadores.
"Paul Ryan dijo que yo he heredado algo muy especial, el Partido Republicano. Está equivocado: no lo he heredado, lo he ganado con millones de votantes", celebró este viernes el empresario en su cuenta de Twitter.
Como describió Priebus, el partido no tiene otra que unirse en torno a Trump, pero a algunos conservadores les va a llevar tiempo aceptar que la carta que tienen para recuperar la Casa Blanca es un multimillonario incontrolable a quien desaprueba el 65% de los ciudadanos.
Fuente: Washington, 7 (EFE)
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