Temas pendientes sin solución

Mientras las autoridades de Chile lanzan sus dardos hacia los gobernantes de Bolivia, queriendo mostrar una posición de cumplimiento de convenios y de manera especial del Tratado de 1904, un trabajo analítico de orden periodístico publicado en un matutino de circulación nacional en nuestro país, pone en el tapete de los hechos una decena de aspectos no resueltos por Chile, pese al tiempo transcurrido y los hechos irrebatibles que se conocen.

Lo importante es que la posición boliviana no ha cambiado en el sentido de mantener un espíritu de pacificación, frente a la hostilidad que por su lado practica Chile a través de sus altos representantes.

Pero el recuento de casos no resueltos tienen que ver también con agua dulce como la que surge del manantial del Silala y fue desviada por canales artificiales para beneficio del norte chileno donde mucha gente la consume diariamente y que además se utiliza en industrias de esa zona. Chile no paga un solo centavo por ese uso irregular de agua boliviana.

Como si fuera poco, en cuestión de agua, Chile dispuso de manera atrabiliaria el desvío de aguas de tres ríos de curso internacional que permitían el regadío de importantes extensiones agrícolas y ganaderas del altiplano boliviano. Son los casos del río Lauca desviado en 1962, hecho que determinó el rompimiento de relaciones diplomáticas con ese país. Está el caso del río Caquena, que según el Tratado de 1904, es considerado como límite fronterizo entre los dos países, sin embargo en la década de los 50 Chile desvió esas aguas unilateralmente para su total beneficio. Otro río de curso natural y de transcurso por Bolivia es el Uchusuma que también fue cortado en su cauce regular, impidiendo que una vasta extensión boliviana utilice ese líquido para regar extensas áreas de pastoreo y hasta para consumo humano. Se hicieron reclamos en todos los casos mas Chile los ignoró olímpicamente hasta el presente.

Está pendiente el desminado de la frontera entre ambos países, donde Chile "sembró miles de minas antipersonales" que causaron víctimas humanas y una apreciable pérdida de ganado. Chile no cumple el "acuerdo de Ottawa" y el problema sigue latente, como se mantienen con irregularidades los servicios portuarios de Arica, donde se altera abiertamente el Tratado de 1904 sobre "libre tránsito e integración fronteriza" facilitando el comercio de importaciones y exportaciones de Bolivia. El Tratado de 1904, que frecuentemente es mencionado por autoridades de Chile, tampoco se cumple en lo que se relaciona al servicio del ferrocarril Arica - La Paz, que de acuerdo al convenio diplomático debía servir para "subsanar la carencia de salida marítima de Bolivia y facilitar el tránsito de todo tipo de embarques". El tren no cumple lo que establece el Tratado.

Las cosas se dan de ese modo y en la actualidad el Gobierno de Bolivia ha reiterado su propósito de alentar un diálogo abierto, en un marco de paz y entendimiento, que lamentablemente no se comprende en el país vecino donde prima la hostilidad y el incumplimiento a varios aspectos no resueltos.

Fuente: LA PATRIA