Zapata: Me pidieron decir que mi hijo habÃa muerto
02 may 2016
Fuente: La Paz, 10 (ANF).-
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La ex pareja del presidente Evo Morales, Gabriela Zapata, reveló a Teletrece, un medio chileno, que tras conocerse que ella tenÃa un hijo con el Mandatario y se la acusó de un supuesto delito de tráfico de influencias, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, le pidió decir a los medios de comunicación que el menor habÃa fallecido. A continuación, la transcripción de la entrevista realizada por Teletrece.
Actualmente, Zapata está detenida en la cárcel femenina de Miraflores, una prisión de alta seguridad para mujeres con sentencia condenatoria. Sus visitas están restringidas a su familia (que disponen solamente de 15 minutos) y al abogado que debe solicitar a la fiscalÃa autorización y permiso de visita cada vez que va a verla.
"Decir que el niño habÃa nacido y muerto, para no perjudicar al Presidente".
Somos interrumpidos con un policÃa que sube las escaleras a pasos sonoros y entre nervioso y amenazante me dice: "¡Usted no tiene que estar acá! ¡Usted es periodista!!! Y le dice a Gabriela Zapata que por favor lo acompañe. Pasando a la pequeña sala quiosco-cocina.
AhÃ, casi susurrando pero se alcanza a escuchar todo por la estrechez de los ambientes, el policÃa le dice a Zapata que yo no debÃa estar hablando con ella porque no soy familiar y que está terminantemente prohibido el acceso a periodistas.
Gabriela defiende su postura y le dice que las visitas son de 15 minutos y no llevamos ni 10. Te quedan 5, me dice el policÃa mientras baja las escaleras.
-¿Dónde está su hijo?
"A mi hijo lo tenemos guardado con gente que me está ayudando, me gustarÃa que ustedes lo conocieran. Voy a ver si puedo hacer que lo conozcan y que lo puedan filmar sin mostrar su cara. Quiero que el mundo sepa que estoy diciendo la verdad, y su padre sabe que es asÃ, y a mà se me está haciendo mucho daño con todo esto. Me tienen presa sin sentido, con puras acusaciones sin fundamento".
Un policÃa desde abajo de la escalera grita que se acabó el tiempo y nos levantamos. Se le llenan una vez más los ojos de lágrimas y agradece mi visita.
"Por favor cuente todo lo que me está pasando".
Y para que yo pueda certificar que estuve con ella, me entregó una carta de su puño y letra, escrita unos dÃas antes pidiendo le autoricen la entrada de algunas cosas de aseo personal dirigida a la dirección de la prisión.
Salimos de la cárcel, no sin antes recibir amenazas por parte de varios policÃas, que me meten a una pequeña sala y me dicen que no cuente nada de esto.
Fuente: La Paz, 10 (ANF).-
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