Miercoles 27 de abril de 2016
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La crisis del ?bola es una representación extrema del problema mundial de acceso a medicamentos que afecta a muchas otras enfermedades. La OMS calcula que uno de cada tres habitantes del planeta carece de acceso en condiciones apropiadas a los medicamentos que serían necesarios para afrontar enfermedades evitables y garantizar una vida digna. Estos porcentajes llegan a doblarse en el caso de las regiones más pobres de África, Asia y América Latina, pero el problema no se limita a los países menos adelantados. A medida que se incrementa la prevalencia de enfermedades no transmisibles, como el cáncer o la diabetes, y las desigualdades en el interior de las naciones se establecen como el factor determinante de la vulnerabilidad de los pacientes, las dificultades para acceder a tratamientos esenciales son reconocibles también en las economías emergentes e incluso en los países más desarrollados, como España.
El caso de la hepatitis C ilustra bien la lógica de un problema que nos resulta dolorosamente familiar: una compañía farmacéutica adquiere por una cantidad elevada un medicamento desarrollado gracias, en parte, a la inversión pública. La compañía da en la diana, recupera en solo un año la inversión realizada y se prepara para navegar las dos décadas del monopolio que garantizan las normas de propiedad intelectual imponiendo a los tratamientos un precio desorbitado: mientras un estudio de la Universidad de Liverpool demostraba que la nueva generación de medicamentos contra el VHC podía ser producido por tan solo 101 dólares para un tratamiento de tres meses, el coste para la sanidad pública española podría haber rondado los 25.000 euros por paciente, y dispararse hasta los 84.000 dólares en el caso de los Estados Unidos. El hecho mismo de que no sepamos estos números con certeza constituye una violación de la transparencia
El problema de acceso al tratamiento contra la hepatitis C en España fue un caldo de cultivo para que la gente comprendiese el problema y que el debate inicial sobre la compra de más medicamentos se fuese haciendo más sofisticado para abrirse a otros discursos que discutían el modelo. En Estados Unidos, el precio de los medicamentos se ha colado en las elecciones. La presidencia holandesa de la UE también lo tiene en su agenda. Hay un panel de alto nivel de Naciones Unidas sobre este asunto.