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Sábado 23 de abril de 2016

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Revista Tu Espacio

Mascotas

Hasta dónde llega la fidelidad de los perros

23 abr 2016

Fuente: patitas callejeras.org

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En esta ocasión queremos reflejar a través de una historia ocurrida en Edimburgo, sobre la lealtad que tienen los perros con sus dueños y hasta dónde puede llegar esa fidelidad, no es extraño que en esta región al margen de monumentos colosales las personas se hayan preocupado en erigir un monumento a "Bobby" como símbolo de esa fidelidad perruna.

John Gray y Bobby (su mascota) fueron amigos hasta 1858, cuando John murió de tuberculosis.

A partir de entonces, durante 14 años hasta su propia muerte, Bobby fue todas las noches a la tumba de John en el cementerio de Greyfriars para estar con su amo.

Bobby era un perro Skye Terrier, una raza de perros extremadamente fieles. En la ciudad de Bobby, en el castillo de Edimburgo, se llevaba a cabo un tradicional disparo de batería a las 13 horas, el encargado de disparar los cañones era un sargento que se hizo amigo de Bobby. ?ste acompañaba al sargento todos los días en su tarea de disparar el cañón, luego, el perro se iba a un restaurant de la zona donde recibía su cena.

Es que Bobby, gracias a su lealtad con su difunto amo, se había transformado en un personaje de la ciudad y la gente lo alimentaba y le daba refugio. Y todos sabían que luego de cenar se iba pasar la noche al lado de la tumba de su amo, sin importar el frío que hiciese.

El encargado de cementerio contaba que al día siguiente de ser enterrado John Gray, Bobby apareció apostado cerca de su tumba, y como a los perros no les está permitido estar en los cementerios, el funcionario procedió a ahuyentarlo. Sin embargo, Bobby apareció allí al día siguiente. Se pensó que estaría unos días, pero que con el frío y el aburrimiento se iría luego.

Sin embargo día tras días, año tras año, el perro siguió junto a la tumba de su amo. Aún en los días más fríos, Bobby aparecía tiritando junto a la tumba.

Finalmente, el alcalde de la zona intervino para salvar a Bobby de la perrera, y lo declaró propiedad del Consejo de la Ciudad.

Hoy en día existe una estatua que lo recuerda, la cual está emplazada en el mismo lugar donde Bobby se situaba, a un costado de la tumba de John Gray. Bobby se convirtió en un héroe para los ciudadanos de Edimburgo y hoy en día se puede contemplar su imagen en una estatua situada al sur del Puente George IV, visitar su tumba en el Cementerio de Greyfriars, ver su plato y su collar en el Museo de Edimburgo o bien conocer su historia a través de los libros y películas que lo eligieron como protagonista.

Fuente: patitas callejeras.org
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