No hay semana en la que no se conozca de algún operativo del sistema de control aduanero incautando cantidades de mercadería que ya no se transporta en pequeña escala sino más bien en grandes “contenedores” y con valores millonarios.
Se trata de una actividad que persiste y con fuerza pese a las medidas que son implementadas por disposiciones superiores y que de algún modo se han extendido en ciertos sectores fronterizos del país. La persistencia del comercio ilegal es más fuerte que la voluntad de eliminarlo.
En la Aduana Nacional se dice que “soplan otros vientos” y podría hablarse de una etapa de “limpieza de la corrupción”, la que sin embargo todavía no ha llegado a todos los rincones y los resquicios donde permanecen algunos “operadores calificados” por su habilidad para controlar sólo parte de las ilícitas operaciones que se producen en algunos retenes de aduana… no en todos.
Detectar el viaje de enormes camiones transportando más de diez unidades motorizadas no tendría que ser tarea difícil, pues resultaría difícil pretender ocultar o mimetizar semejante transporte, sin embargo los contrabandistas se dan modo para “pasar” algunos controles y hasta legalizar cantidades de su millonario botín, esto significa que la corrupción persiste y por tanto también el contrabando.
Los mercados camuflados en “super ferias” están abarrotados de la más surtida variedad y calidad de productos, desde objetos de bazar hasta los más enormes refrigeradores o directamente vehículos de todo tipo…el contrabando pasa por el criterio de oportunidad de ventas de los grandes capitalistas que saben muy bien del manejo de mercadería y productos suntuarios que se acumulan en grandes depósitos y venden “al por menor” en los puestos de mercados y ferias instaladas con venia municipal y hasta de impuestos internos.
Se ha detectado que en algún punto fronterizo se expide el llamado Documento Único Internacional (DUI) que legaliza cierta cantidad de mercadería, pero que se pretende utilizarlo para introducir enorme cantidad de mercadería ilegal.
Las operaciones de efectivos del Control Operativo Aduanero (COA), puede ser eficiente en algunos casos, pues en otros, estos funcionarios policiales resultan rebasados por la “mafia” del contrabando, lo que obliga a diseñar otra estrategia de control y ataque a la ilegalidad, pero con una inversión en equipos de comunicación, movilidades, armas y un sustancial incremento en salarios para personas que no deberían ser proclives a las tentaciones que oferta el contrabando, si tiene un buen salario y mínimamente un seguro.
La Aduana Nacional está en proceso de cambio y lo que se espera es un ajuste administrativo que permita ejercitar cambios sustanciales en sus sistemas de control, con mejores equipos y con un selecto material humano bien pagado y mejor equipado. La lucha contra el contrabando debe ser permanente.
Fuente: LA PATRIA
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