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Domingo 17 de abril de 2016

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Revista Dominical

La otra cara de la moneda

17 abr 2016

Por: Márcia Batista Ramos - Escritora, (mar_bara@yahoo.es)

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El planeta está plagado de infortunios y el mundo globalizado, con tanta tecnología, acerca los acontecimientos más escabrosos a nuestras humildes existencias, sin previo aviso. No estoy segura, del efecto real, que causa a nuestras almas, saber de tanta tragedia y miseria. Pero las noticias irrumpen en nuestras vidas por donde quiera que vayamos.

No todo es malo, pero lo cierto es que lo más impactante, sí es malo. Al medio de tanta información trágica, me siento desconcertada. Tengo la impresión de que la forma cómo los medios de comunicación abordan los temas más espeluznantes, sirven de lección para mentes vacías, ayuda a alimentar taras reprimidas. De muchas maneras, corroboran con la violencia.

Pienso que se podía dar la noticia sin el tono sensacionalista que alimenta el morbo. Eso sería más ético. Tal vez, eso serviría para fomentar una crítica sana y educar a la sociedad en su conjunto. Pero, es muy lógico, que sin desgracias los medios no tienen audiencia. Infelizmente, vende más la crónica roja que la revista cultural. ¿En qué tiempos estamos?

Indignada y perpleja trato de ver la otra cara de la moneda: el otro lado de la pantalla. ¿Qué hacen las personas para contribuir con el macabro show mediático de los noticieros? Mi primera respuesta, es que les encanta saber que existen otras personas en situaciones más miserables que la suya. Eso los hace sentirse un poco mejor. Es una forma de nivelación por debajo.

No soy ilusa, sé que la tragedia siempre anduvo de manos con la humanidad. Por donde andan los seres humanos, están los problemas. Porque el hombre, en la estrechez de su mente, se relaciona con el otro por impulsos, por la fuerza, por demostración de supremacía. Creando conflictos innecesarios. Siempre haciendo la racionalidad a un lado.

Todo fue siempre así. Incluso peor. Pero ahora, con tanta tecnología, todos los sucesos negativos se visibilizan inmediatamente, eso causa la sensación de que nuestro mundo enfermo, está peor. Hay en la sociedad una enorme coincidencia en esta idea. Y apuntan a los noticieros como prueba de ello. Sin percatarse que cada uno es responsable por el todo.

Hoy se dice que la sociedad está enferma. Seguramente, porque el principal deseo, entre los humanos, es el de competir unos con otros, todo el tiempo. Cuando lo más sano y racional, sería el sentimiento de estar regidos por el deseo de ayudarnos unos a otros. Para combatir los problemas comunes. Permitiendo un crecimiento conjunto.

Ante la existencia de problemas conocidos desde siempre, como: hambre, pobreza, violencia, lucha por el poder, ente otros. Y al divulgarse rápidamente, al instante en que ocurren, queda la impresión de que el mundo está cambiando para peor. Sumado al énfasis, de los medios de comunicación, que informan en un tono proclive a reforzar esa idea de desdicha global.

Todo, nos llega de manera agobiante. Uno no termina de asimilar una tragedia y nos informan de otra. Porque la dinámica de la vida siempre fue así. Pero, no se la percibía cuando la comunicación no estaba globalizada. Antes, todo se confundía con hechos aislados. Los dramas eran noticias en los lugares que ocurrían. Las noticias no traspasaban las fronteras.

Hoy, todos se enteran de todo al instante. Y cuando nos circunscribimos a nuestro país, pensamos que estamos al borde del abismo. Cuando en realidad vemos a nuestro país como un caso excepcional, simplemente, porque es el caso que conocemos más. Antes la población era menor, entonces proporcionalmente, los problemas crecieron con la población.

Por el hecho de que no buscamos caminos para solucionar y, especialmente, para evitar los problemas, todo parece peor. Por tal motivo, cuando los medios ponen en evidencia las desgracias, parece que nos estamos derrumbando. Tenemos la fuerte impresión de que todo está cambiando para peor. Infelizmente, todo fue siempre así. Nosotros éramos los que no sabíamos.

Hoy por hoy, nuestro mundo enfermo, necesita de nosotros para curarse. Tenemos que lograr ponernos de acuerdo y ser racionales; es hora de tirar todos para el mismo lado. Porque hay gente mala, que no tiene límites en su ambición o su locura y daña a todos los demás, o a la mayoría. Como ejemplo: porque en vez de cuidar el planeta se lo está destruyendo.

Los medios no generan las noticias del mundo enfermo. Somos nosotros los que creamos las situaciones negativas que brillan en la pantalla. Las sociedades son problemáticas, por excelencia. Tenemos que aprender a tratar con muchos problemas que no pueden desaparecer rápidamente.

La otra cara de la moneda es que debemos asumir nuestra responsabilidad colectiva y hacer parte de las soluciones, no de los problemas.

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