Lo que enseñamos ahora a los niños, ellos lo aprenden con el ejemplo y lo replicarán en sus hijos, y los hijos lo transmitirán a sus retoños y asà sucesivamente. Es por eso que si hay una crisis de valores en el mundo de hoy es porque en parte somos co-responsables del ejemplo que les damos a nuestros vástagos.
Esta reflexión previa conduce a que debemos educar con el ejemplo, a nuestros pequeños, sobre cómo cuidar el mundo que les vamos a dejar, transmitirles conocimientos sobre cómo evitar la contaminación o por lo menos reducirla, acerca del reciclaje de ciertos materiales y su reutilización y todo cuanto podamos hacer para que el planeta sea un lugar por lo menos habitable.
Gestos simples como el hecho de botar papeles o envolturas de algún caramelo o producto alimenticio en la calle, son acciones que se constituyen en ejemplos negativos para nuestros hijos, quienes harán exactamente lo mismo y a su vez enseñarán a las futuras generaciones a actuar con la misma desconsideración hacia el medio ambiente.
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