Miercoles 13 de abril de 2016

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Menudo trabajo le espera al ciudadano que resulte designado como nuevo Contralor General para reemplazar al actual que, en realidad, ha estado sin hacer nada hasta ahora.
Las tareas del futuro contralor han comenzado a aparecer incluso ahora, cuando su nombre es un enigma y se anuncia que el parlamento lo designará conforme manda la ley.
La señora Cristina Choque, imputada en el caso Zapata, sugiere que se haga una auditoría del dinero gastado por el programa Bolivia cambia, Evo cumple, porque el ministro Juan Ramón Quintana lo habría manejado a capricho.
Pero hay una tarea más difícil todavía para el futuro Contralor. Deberá desentrañar cuál fue el origen de los recursos que utilizó ese programa antes de que comenzara a ser cubierto con el dinero del Tesoro.
En los primeros años del gobierno de Evo Morales, él mismo decía que el programa que lleva su nombre, fue financiado por donaciones y aportes que le hacían llegar sus "amigos del exterior".
Es probable que una explicación así de genérica la hubieran aceptado las bases cocaleras del Chapare para justificar donaciones, regalos o aportes, pero esta vez se trata de dinero enviado al Estado boliviano por quien sabe qué personajes.