¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
Los años dorados cuando los ciudadanos podÃan andar tranquilos por las calles a cualquier hora, o dejar al perro cuidando la casa, forman parte de las muchas nostalgias colectivas en nuestra amada patria; hoy, el narcotráfico opera profundos cambios en el paÃs, haciendo que transitemos, a pasos largos, hacia la inseguridad más insondable.
La lógica del narcotráfico es la lógica de la delincuencia, por lo tanto, no tiene lÃmites en sus propias búsquedas por el poder y por el placer. Representando una fuente inagotable de riquezas, tanto por los actos criminales como por el tráfico y la trata de personas, como por otros actos delictivos que andan hermanados con el tráfico de drogas y armas, incrementando el caos. Todo sin importar la cuota de dolor que se impondrá a los demás.
Entre los dolores que construyen nuestra realidad, el terrible drama del tráfico y trata de personas representa una de las transacciones más escalofriantes que vulnera la libertad y todos los demás derechos humanos. Es un vil negocio que mueve miles de millones de dólares al año, ya que a las personas se las vende como a objetos. Atentando contra su dignidad. Las vÃctimas, en su mayorÃa son mujeres y niños obligados al trabajo sexual en una horrenda práctica de esclavitud moderna.
El dolor y el infortunio de algunos seres humanos, infelizmente, representa riqueza, poder y placer para otros seres humanos. Las mujeres y los niños representan el 80 por ciento de las vÃctimas de la trata de personas en todo el planeta, por su condición de desigualdad y por ende, de mayor vulnerabilidad. Sumados al hecho de que sus cuerpos son altamente demandados en la industria sexual, a quien no interesa si tienen mentes o almas y cuál será el resultado de la devastación que les sea impuesta.
Lógicamente, que la industria sexual es un negocio de hombres enfermos, incapaces de dar y recibir amor; son hombres, incapaces de conquistar a otra persona; lo que les lleva a comprar cuerpos que satisfagan sus taras; teniendo en cuenta que existen otros psicópatas, sin escrúpulos, con la capacidad de ofertar los productos que los primeros pueden pagar. Las drogas favorecen al acercamiento de esos criminales entre sÃ, además de ayudar al sometimiento de las vÃctimas, reforzando la dinámica del poder por la fuerza bruta.
Esa siniestra actividad criminal, transaccional crece rápidamente en nuestro paÃs, dejando al descubierto la ineficacia del Estado para proteger a la ciudadanÃa, permitiendo que crezcan los Ãndices de crÃmenes de lesa humanidad. Mostrando que los ciudadanos están nadando en la profundidad de los mares de la inseguridad jurÃdica y ahogándose en el sufrimiento.
La impunidad, siempre es imperdonable, pero en el caso de la trata humana, las palabras no tienen alcance para expresar la bronca. Pues, son decenas de miles de personas desaparecidas en todo el planeta y algunas centenas en nuestro paÃs. No es justo, por sus vidas truncadas y sometidas, sumado al sufrimiento de la incerteza que agobia a sus familias.
La prostitución como actividad normada, sirve para disfrazar el comercio sexual forzado, pero cuando se trata de niños y niñas, adolescentes y menores de edad, invariablemente es prostitución forzada por proxenetas inescrupulosos que los tienen sometidos contra su voluntad y bajo amenaza. Es fácil detectar la infame dinámica de la trata y la miseria que construye.
La faz más explÃcita del tráfico y trata de personas es la explotación sexual. La otra cara del tráfico y trata de personas es la extirpación de órganos para el comercio ilegal, además del trabajo forzado.
El trabajo forzado es un mal fomentado por la pobreza, por las pocas oportunidades laborales en un paÃs que no logra resolver los problemas estructurales que conllevan a la inmigración, dejando a las personas en situación de vulnerabilidad y riesgo ante el crimen organizado.
Las largas franjas fronterizas poco resguardadas, favorecen al traslado ilegal de personas para que sean esclavizadas en paÃses vecinos o acarreados a lugares inescrutables que tornan imposible su encuentro y regreso, perpetuando el infortunio. Dejando establecido que las personas no pueden gozar de sus derechos individuales y que el Estado no garantiza los derechos colectivos.
Los paÃses de la región tienen gran facilidad para construir normativas jurÃdicas, y de manera inversamente proporcional, tienen dificultad para hacer cumplir las Leyes y las normas establecidas generando un espiral de impunidad.
Nuestra sociedad está obrando muy lentamente para frenar el horror que significa la trata y tráfico de personas, mientras los criminales, organizados a niveles insospechados, siguen actuando impunemente; para ellos la esclavitud, el sufrimiento y la muerte representan un buen negocio.
El impacto de esa problemática es inmenso. El dolor de las personas prisioneras y de sus familiares, que no saben cómo encontrar a sus seres queridos desaparecidos, es indescriptible. El tráfico humano tortura a nuestra sociedad que se sume en un letargo espeluznante ante la máquina delincuencial.
El siniestro dinamismo del tráfico humano desgarra a muchas familias en nuestro medio. Infelizmente, esos tentáculos de las organizaciones criminales están ligados al creciente tráfico de drogas en el paÃs. A más drogas, más delincuentes y por ende: más delitos. Lo trágico es que nadie vislumbra una luz al final del túnel.
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.