Domingo 10 de abril de 2016
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Editorial y opiniones
Qué hacemos los orureños por el litio del Salar de Coipasa
10 abr 2016
Dr. Adalid César Larrea Peralta
Mientras Chile ya explotará en cantidades inmensas el salar de Atacama, se convertirá en el lÃder mundial del Litio; según informaciones del mercado de China el año pasado se vendÃa la tonelada de carbonato de Litio en 5 mil dólares americanos, ahora en contratos que manejan transnacionales y también los contratos privados se cotiza en 12 mil dólares americanos.
El Comité CÃvico de Oruro, la Gobernación, los Diputados, Senadores y los AsambleÃstas de nuestro departamento, no hacen nada para tener una polÃtica Departamental respecto a nuestro querido salar de Coipasa, el Gobierno está ejecutando proyectos en el salar de Uyuni de PotosÃ, tenemos que entender los orureños que cuando el Gobierno empiece a exportar, los más beneficiados serán los potosinos por las regalÃas que recibirán, cabe recalcar la inminente demanda a raÃz de la masificación de los autos eléctricos que requieren de baterÃas de litio, para almacenar la energÃa necesaria para su funcionamiento, las compañÃas de automóviles están dando prioridad ya no para el futuro, sino para el presente ya que éstas movilidades contribuyen al aire limpio y lo convierten en mucho más económico que los tradicionales a diésel y gasolina, por tanto, propongo que se tome una polÃtica departamental respecto al Salar de Coipasa, con comisiones que se dediquen a desarrollar estratégicamente la industria de Litio, como su industrialización no será tan fácil, se debe exigir al Gobierno bajo esa polÃtica trazada, inversión de capitales, estatal, privado e inclusive invitar a los gigantes del Litio, como la estadounidense Albemarle y otras, puesto que el Salar que tenemos son los ecosistemas más frágiles, otro fin es que la minerÃa (de Litio), aportarÃa más que otros sectores productivos, este mineral no metálico nos dará a Oruro un futuro promisorio, tenemos que participar de la cadena de Litio, nuestras autoridades tienen que dejar de ser sumisas, apáticas al desarrollo que merecemos.