La cruda vivencia de las personas con discapacidad es lamentablemente su realidad, la que les motiva a ser parte de la caravana pidiendo al Gobierno que cumpla con sus compromisos para que puedan vivir con dignidad.
Es de esta manera cómo LA PATRIA, que estuvo compartiendo los pasados días con las personas con discapacidad, pudo conocer la triste realidad de adultos, jóvenes y niños que viven la más cruel de las realidades por su impotencia de no poder movilizarse solos y no tener las condiciones mínimas para seguir viviendo.
Hablamos con Vladimir Flores, una persona que fue abandonada por sus padres desde los 13 años por las convulsiones que le daban, debido a que tiene epilepsia, muchas veces duerme en la calle y cuando vende algo y tiene dinero, descansa en un alojamiento, por esta circunstancia no tiene recursos para poder hacerse revisar con un médico profesional particular ya que el seguro no cubre su atención menos los medicamentos que debe tomar diariamente.
Desde esa edad no tenía donde dormir y sobrevive con algunas cosas que compra, pero tiene que esperar el bono solidario de 1.000 bolivianos para poder comprar algo para vender, cuenta que cuando se asusta le dan sus convulsiones, motivo por el que debe tomar dos tipos de medicamentos y que cada uno cuesta aproximadamente 20 bolivianos, algo que le amarga y que lleva a llorar sin consuelo por no tener a nadie que le acompañe con ese sufrimiento.
"A veces debo tomar estos medicamentos dos veces al día, por eso estoy marchando para tener algo y poder pagar un cuarto en alquiler, solo le pido a Dios que no me deje", manifestó.
Prima Isidro Mamani dijo que desde sus 16 años quedó inválida al caerse de un columpio y desde ese día su vida se acabó porque ella era sana, ahora que tiene 39 años piensa cómo quedará ella si sus padres le abandonan, quien velará por ella, peor si no tiene un ingreso para comer por lo menos.
A la vez mostró su preocupación llorando inconsolablemente por el mal estado en el que quedó uno de sus compañeros que no escucha y no puede hablar, quién se puso muy mal y no reaccionaba, por lo que responsabilizó al Gobierno que no se solidariza con este sector por ser gente que de verdad necesita de un apoyo económico para sobrevivir.
"El Gobierno no vela por nuestros derechos y nuestras necesidades y por eso tengo coraje de no poder ayudar a mi compañero sordo que Dios sabe cómo estará y seguiremos gritando "renta o muerte" y si tenemos que morir, moriremos hasta conseguir nuestro objetivo", dijo.
El secretario de Conflictos y Género del grupo de discapacitados, Limbert Abacay Yabandire, manifestó que sigue fuerte en representación de Guarayos, pidiendo la renta de 500 bolivianos para los discapacitados.
Narró que desde sus cuatro años tiene el problema de discapacidad por un accidente en vehículo, lo que no le permite movilizarse solo pero que de todas formas y a pesar de estar lejos de su familia, seguirá hasta lograr los 500 bolivianos de renta que piden al Gobierno.
Otro de los movilizados dijo que la movilización es por los discapacitados olvidados y anónimos que no son atendidos, menos conocidos, ya que en el área rural viven muchos que no reciben ningún tipo de beneficio, más bien en muchos casos son ocultados por sus mismos padres y en otros porque es difícil para sus padres cargarlos largas distancias debido a su discapacidad, motivo por el que no reciben ningún tipo de atención médica, menos un bono que les ayude en los gastos para su salud.
Fuente: LA PATRIA
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