Jueves 07 de abril de 2016
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A los potosinos nos importa poco que el tema de las aguas del Silala haya sido reflotado con el fin de distraer la atención de la gente sobre el bullado caso Zapata.
El primer antecedente conocido sobre un reclamo público por el uso ilegal de esas aguas por parte de Chile es de la década del ´60 y se publicó en El Diario de La Paz.
El reclamo quedó en la publicación periodÃstica porque el paÃs atravesaba un momento de convulsión polÃtica que luego fue deglutido por el perÃodo de las dictaduras militares.
Ya en los ´80, el tema fue nuevamente asumido por El Diario a causa de la denuncia de un hombre, Milton Lérida, que por entonces era un lÃder emergente del sudoeste potosino. Una vez más, el reclamo quedó en el papel periódico porque el gobierno de entonces, el de Jaime Paz Zamora, tampoco le dio mucha importancia.
Fue necesario que El Diario, del que yo era su corresponsal en aquellos años, insistiera con el tema para que por fin, ya en el gobierno de Sánchez de Lozada, se organice una primera caravana hacia el Silala en la que participó el entonces canciller Antonio AranÃbar. El resultado de la presión mediática fue que el tema se hizo temporalmente nacional y el prefecto de Potosà de entonces, Omar Manzano, dio el paso legal que hacÃa falta: anuló la concesión que se otorgó en 1908 autorizando el uso de las aguas para el funcionamiento del ferrocarril.