Aunque anualmente se cumple la misma mecánica entre dirigentes sindicales y representantes del gobierno cuando se presenta el conocido pliego petitorio que generalmente plantea un incremento salarial, con porcentaje previsto en la expectativa laboral, aunque alejado de la realidad económica del Estado y peor aún del sector productivo privado, es que se abre la puerta a problemas sociales.
En la segunda quincena del pasado mes, la Central Obrera Boliviana ya presentó su pliego petitorio al gobierno con un planteamiento central que tiene que ver con el incremento salarial para la gestión en curso, pero además contiene un par de puntos interesantes que se refieren a la estabilidad laboral y la generación de más empleos.
Claro está que como todo pliego petitorio marca una exigencia y es que el aumento de salario debe estar en relación al "costo vigente" de la canasta familiar, un aspecto que no define porcentajes exactos pero para alcanzar ese propósito se entiende que el incremento no podrá estar en función a la inflación registrada en la pasada gestión, como generalmente se calcula y que el 2015 llegó al 2,9%.
Si bien el salario mínimo vital registra un incremento importante desde hace años atrás, lo cierto es que ese ritmo de aumento ha causado desfases en el sector de la actividad privada, puesto que no condice exactamente con los índices de crecimiento del sector, limitado por una serie de factores adversos por ejemplo la baja de producción en algunos rubros por falta de mercados por la competencia desleal del contrabando, la comercialización de ropa china y para remate la obligatoriedad de pagar un segundo aguinaldo.
En el sector estatal, llámese también administración pública y las empresas del Estado, esas obligaciones se pagan "directamente" pues la cobertura proviene de recursos del Estado y por lo mismo de uso más práctico que relativamente cuidadoso tratándose de fondos que finalmente son del pueblo, pero que se usan para satisfacer necesidades sectoriales y no generales, esa es la diferencia.
Ahora bien, cuando se trata de pedir más fuentes de empleo y que además se asegure estabilidad laboral", ambas expectativas justificadas por cierto en el ámbito laboral del país, pero con algunas inconveniencias propias de las restricciones que se confrontan en materia económica tal el caso del bajón de precios internacionales para nuestras materias primas, lo que ocasiona serios problemas en la minería y por efecto de la disminución de ingresos por la venta de gas, también rebajan los ingresos del IDH para gobernaciones y municipios, demás está decir que los empresarios privados han optado incluso por la reducción de personal en algunos casos, debiendo bajar obligadamente el ritmo productivo de sus factorías, sumándose fuertes cargas tributarias y algunas regulaciones fuera de contexto.
Esos hechos muestran que en ambos casos es difícil mantener fuentes de empleo y menos crearlas, mientras no se eliminen las dificultades de producción y rendimiento. El pliego de la COB tiene expectativa justa, indudablemente, pero tendrá que ser consensuado en los niveles que corresponde, para que su efectividad se aproxime a la realidad económica financiera del tiempo presente y sea un aliciente para la mayoría de los trabajadores.
El organismo laboral debe trabajar con sentido de equidad, planteando que el beneficio salarial esté acorde a las condiciones económicas que en este momento rigen tanto en el sector público como en el privado, es decir con limitaciones que no dan margen para exageraciones que en su caso pueden poner en riesgo la delicada estabilidad laboral.
Fuente: LA PATRIA
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