Discapacitados se acercan a Caracollo y están más fortalecidos

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Un centenar de personas con discapacidad llegaron hasta la población de Huayllamarca, jurisdicción orureña, aproximadamente a las 14:00 horas de ayer, donde pernoctaron para que hoy muy temprano retomen su marcha hacia la sede de gobierno, exigiendo que las autoridades les otorguen un bono mensual de 500 bolivianos.

A pesar de su condición especial, no pretenden dejar la marcha, que inició hace 15 días en Cochabamba rumbo a la ciudad de La Paz, hasta conseguir el incremento a su bono que en la actualidad es de Bs. 1.000 al año, es decir 83,3 bolivianos por mes.

Según los afectados, requieren el aumento a su renta, debido a que les ayudaría para la compra de medicamentos que es lo que más necesitan.

Manifestaron su molestia por ser considerados por el Gobierno como politiqueros, algo que les indigna porque al no poder trabajar por la discapacidad en sus miembros superiores e inferiores, no pueden obtener un trabajo con el que sobrevivan.

Una de las personas que pasa muchos sufrimientos es Rosalía Vargas que lleva a su hija de nueve años con discapacidad, en un coche de bebé junto a su hijo de cuatro años, mientras el papá de sus otros dos hijos los atiende en Cochabamba.

Narra que desde que nació su hija su vida es un sufrimiento, al verla en ese extremo porque debe alimentarla solo con una jeringa, a nombre de su hija nunca recibió ningún bono, a pesar de tener un grado de discapacidad alto y tras tramitar el carnet de invalidez no pudo cobrar nada porque a su nombre otra persona estuvo recibiendo el bono.

Wilson Irala Padilla, procedente de la Chiquitanía, carga una cruz a pesar de tener problemas en la cadera, manos, hombro y cabeza, partes en las que tiene cobre tras haber sufrido un accidente, es parte de la caminata en representación de 12 personas que tienen un alto grado de discapacidad y asegura que de esta forma piensa sensibilizar al Presidente Evo Morales.

Indignado por la falta de atención del Gobierno narró que es difícil la situación de los discapacitados, en su caso porque necesita medicamentos, tiene dos hijas y por si fuera poco, como no puede trabajar le quitaron a sus niñas y no le dejan verlas.

Por otra parte, doña Eusebia Albina Mamani de 71 años, llegó desde Llallagua para ser parte de la marcha y narró que se encuentra cansada, camina por sus dos hijos que tienen discapacidad, una perdió el sentido de la audición y el otro sufre de esquizofrenia y estaba internado en una clínica de La Paz, por lo que debía pagar 60 bolivianos diarios para su atención, tras haberse retrasado en el pago mensual, tuvo que sacarlo del centro médico porque además su esposo murió.

"Tiene un carácter fuerte y me atrasé en comprar una inyección, por eso peor está, ahora yo tengo que caminar para lograr algo, las inyecciones cuestan 80 bolivianos y con eso tiene que estar todos los días", dijo.

Narró llorando que para conseguir el carnet de discapacidad de su hijo tuvo que sufrir mucho porque le enviaban de un lugar a otro y recorrer largas distancias, como no conocía a nadie en La Paz, tenía que trasladarse a Oruro para no pagar alojamiento.

Miguel Mamani Coro que, a la vez de ser discapacitado, es el técnico que arregla las sillas de ruedas, dijo que les faltan algunos repuestos, parchar llantas y en otros casos hasta hacer soldar algunas que se encuentran en mal estado.

Durante su alocución algunos marchistas agradecieron el apoyo que reciben de las personas y algunas instituciones que les ayudaron con víveres, ropa y medicamentos, entre otros artículos.

ORURO

Felisa Alí Ramos, al tener conocimiento que los dirigentes de Oruro, manifestaron que era mejor pedir trabajo y no un bono, explicó que muchos de los discapacitados no pueden ni mover las manos o los pies, lo que les impide trabajar de cualquier forma, motivo por el que les invitó a ser parte de la marcha sin necesidad de obedecer a los dirigentes, ya que cada persona puede asumir la decisión que así lo requiera.

Fuente: LA PATRIA