Sábado 02 de abril de 2016
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Se pensaba que habÃa terminado el prebendalismo, la humillación para conseguir trabajo, la desocupación que habÃa con los anteriores gobiernos, continúa con el actual, la gente que ha apoyado a los candidatos triunfadores están cobrando factura, indicando que nada es gratuito y para atender a tanta gente es muy pequeño el espacio, al Gobierno le falta continuar creando más fuentes de trabajo digno, tanto en la administración pública, como en la privada, el Estado está en la obligación de apoyar a todos los desocupados, escuchar sus demandas sin ninguna discriminación, que bien le puede hacer a su gestión administrativa.
El problema de la sequÃa está afectando a muchas regiones del paÃs, disminuyendo la producción agrÃcola, el Gobierno está solucionando la sequÃa con subvenciones, pero lo que es cierto está aumentando la desocupación, lo que tiene que preocupar a las autoridades, es como apoyar a las demandas de la productividad, proyectos de riego, agua y además debemos prepararnos para los cambios climáticos del planeta.
La amenaza de despedir a los empleados, trabajadores de la administración pública, significa continuar con la polÃtica de antes, para que vayan engrosando a la informalidad, contrabando, es una medida antirrevolucionaria, es una actitud conservadora, actitud tradicionalista, que tanto han criticado. En la administración pública no se fomenta el análisis crÃtico reflexivo del trabajo, sólo existen órdenes de cumplimiento sin respetar la carrera profesional administrativa, con bastante improvisación y resultados improductivos para el paÃs. Los funcionarios públicos no tienen organización sindical que los defienda, está en la obligación de la Central Obrera Boliviana defender los derechos de todos los trabajadores de Bolivia.
