El mundo, día que pasa tiene un constante avance de la tecnología, pero así como se presenta una serie de comodidades, en contrapartida aparecen retrocesos y la gente se "acomoda" en su zona de confort para hacerlo todo más fácil.
Decíamos que la tecnología ayuda bastante a encarar una serie de actividades laborales, entre ellas, la prensa. Sin embargo, para llegar a nuestra reflexión, es necesario repasar algunos conceptos que nos permitan ilustrar mejor nuestro objetivo.
En no más de una década se hicieron tan vigentes las redes sociales que en la actualidad, sin estar al día con ellas, vemos cómo el ser humano está ausente del planeta Tierra.
En un concepto general, las redes sociales son sitios de internet que nos permiten, de manera general, conectarnos con el mundo y sus alrededores. Conocer amigos, su uso permite reencontrarse con personas que quizá uno imaginó que nunca más las volvería a ver por distintos motivos, pero que, gracias a estos elementos, ahora es posible reunirse, aunque sea digitalmente.
Las redes sociales permiten compartir contenidos de toda índole, desde los más grotescos hasta los más tiernos. Asimismo, da la posibilidad de crear grupos de amigos, de trabajo, de juegos, institucionales, de relaciones amorosas, en fin, tan amplio cuya imaginación hace que todo ese espectro crezca más y más.
Entre ese "bagaje" de posibilidades tenemos a los más conocidos como el Facebook, el WhatsApp, el Twitter, luego están otros no muy utilizados como el Instagram, Telegram, Skype, Flickr, YouTube, Tumblr, Word Press, Google, Linkedin, Vimeo, Vine, Virb, Soundcloud, etc., etc., y etc.
Cada una de ellas con su propia peculiaridad, permite compartir texto, imágenes, videos y hace volar la imaginación a dimensiones desconocidas, además de ayudar a mejorar el trabajo periodístico.
EL PERIODISMO
Desde el pensamiento de Gabriel García Márquez, el periodismo fue catalogado como el oficio más lindo del mundo, por todo el trabajo que implica hacerlo, desde el encuentro con las fuentes, la recolección de la información, su tratamiento, su jerarquización, el análisis, su comprobación y su publicación.
Sin dejar de lado posteriormente, su repercusión para seguir trabajando en temas que son de interés colectivo y cuyo procesamiento llegan a solucionar problemas que muchas veces las autoridades no tiene la capacidad de hacerlo.
Desde la concepción filosófica también se puede afirmar que "Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas", como afirmó en algún momento George Orwell.
Como se vio, es todo un proceso que debe seguir el periodista para cumplir con la misión de informar, orientar, educar y entretener, aunque ésta última parte está más dirigida a los medios de difusión.
Ese rol fundamental, en este tiempo precedente se fue perdiendo y más con la aparición de las redes sociales, porque volvemos a un punto de adormecimiento. En vez de explotar al máximo esos elementos, solo nos quedamos en el mar de la pasividad y el confort.
EL DÍA A DÍA
Revisemos un poco lo que acontece en nuestro reducto, no es generalizar, pero sí pasa en la mayor parte de las situaciones. Antes de encarar un día de trabajo, el periodista debe hacer un seguimiento de los hechos que acontecieron en el día para formularse desafíos para la siguiente jornada e indagar sobre temas que ayuden al desarrollo de una sociedad.
Aquello, lamentablemente se perdió. Un fiel reflejo, es cuando los periodistas preguntan mediante los grupos de las redes sociales: "¿Cuál es la agenda del día?".
Se supone, el periodista que eligió el oficio por vocación y compromiso con su región, sabe y por demás está decirlo, debe conocer su contexto y su realidad para discernir y elaborar una agenda de trabajo diaria propia, al margen de los temas de coyuntura que se puedan presentar en el día.
Un ejemplo, los grupos institucionales que se crearon para periodistas, manejados desde los departamentos de relaciones públicas, tienden a comunicarse mediante las redes para hacer conocer qué actividad se desarrollará, es decir, una conferencia de prensa, entrega de obras o informar de algún conflicto.
Hay que resaltar un aspecto, el relacionista público, siempre destacará lo mejor que tiene su entidad y mostrará a los periodistas ese trabajo. Sin embargo, es necesario decirlo, el periodista debe agarrar esos elementos como un punto de partida para su trabajo cotidiano.
Verbi gracia, "¿esa obra que se entregó realmente beneficiará a un determinado sector de la población? ¿Ayudará a su desarrollo?, ¿El costo justificó su construcción?" Y otras interrogantes que se pueden sacar de un boletín de prensa.
Pero, y seremos incisivos en esto, los periodistas solo se volvieron "repetidoras" de estos boletines o grupos institucionales establecidos en las redes sociales, se replican audios y videos. Lo que es más vergonzoso, se pide este material "de frente", sin tener quizá un poco de delicadeza.
Es evidente, que un periodista no siempre puede llegar a todas sus fuentes en una mañana y en ocasiones, las actividades se "cruzan". Otro detalle, es que para llenar un informativo, sea de radio o televisión, el periodista tiene que ser "mago" para ingeniarse la recolección de diez notas como mínimo.
¿Será posible trabajar de esta manera? Es caer en un "círculo vicioso" que se repite día a día.
INICIATIVA
No descubriremos la "pólvora", sin embargo, consideramos que el periodista debe tomar siempre la iniciativa de su labor, ser cuestionador, ser acucioso, ser observador, conocer el tema. No siempre podemos saberlo todo, el preguntar o pedir una explicación no significa que seamos menos, o hayamos perdido nuestro Norte.
Todos los días es un constante aprendizaje desde las mismas fuentes y más adelante el trabajador de la prensa se constituye en un ser que por sí mismo se encargue de buscar, no una información, sino la noticia.
Muchas veces dependemos demasiado de las relaciones públicas y "caemos en su juego". Como dijimos antes, solo nos convertimos en "repetidoras".
No vemos las implicancias que pueden tener determinados temas. Otro mal que ingresó en los periodistas como cáncer, es lo político partidario. Se supone, que el personaje de este gremio, debe ser a-partidario. ¿Por qué? Porque al serlo se tiene "una claridad meridiana" para no hacerse agarrar por el "lobo" de la politiquería barata, que actualmente vive su "época de oro".
El periodista de hoy considera que las fuentes oficiales son lo único existentes en el medio de información, sin embargo, no es así. Si bien las autoridades son las que pueden dar datos y establecer realidades desde su punto de vista. El ciudadano de a pie, el vecino, la caserita de la esquina, también viven el día a día, con su propia realidad.
También conocen sus problemas y muchas veces, por no decir, siempre, los periodistas los ignoramos y no generamos opinión en la sociedad. Aspectos que permitan mejorar nuestra forma de vida.
Aquel hecho está demostrado, que muchos de nosotros nos salimos del centro de la ciudad para una cobertura. Ya lo dijimos, puede ser por el factor tiempo y espacio, pero no debería ser una constante.
Se sigue pensando que la primicia de la información es la que aún está vigente en nuestro medio, pero esa concepción cambió, ahora ya no es quién informa primero, sino quién cuenta mejor la historia, porque cada noticia es una historia.
Un reflejo de ello, es que en algunos canales de televisión se informa tan escuetamente por tener la mayor cantidad de información, que muchas veces en las notas se olvidan colocar, el cómo o cuándo pasó, por citar solo dos minúsculos ejemplos. Se supone que la población merece calidad de información y no cantidad.
En fin, hay mucha "tela para cortar" que estas páginas no abarcarían su final. Pero debemos preguntarnos: ¿Qué pasa con la prensa? ¿Dónde está la falla? ¿Puede ser que las carreras de Comunicación Social, hayan perdido el Norte de lo que es este oficio? ¿No existe gente capacitada? ¿Se falla en las salas de redacción? ¿Los jefes no orientan como se lo hacía antes?, es complejo entender este sistema que lo único que pretende es el encuentro con la verdad.
Es tiempo de reflexionar, es tiempo de cambiar y asumir el compromiso por el cual elegimos lo que más nos gusta hacer, periodismo. No seamos como aquel médico que hizo su juramento hipocrático y no quiere atender a sus pacientes, o como aquel abogado que se aprovecha de su cliente, para hacerse millonario, sin el ánimo de generalizar, por eso dijimos "aquel".
Seamos diferentes, la prensa debe ser la voz del pueblo en toda su magnitud, ojalá veamos al interior de nosotros mismos y nos pongamos a trabajar en ese camino por el bien de todos, con la finalidad de tener una nación próspera y más humana.
Fuente: LA PATRIA
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