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Domingo 27 de marzo de 2016

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Revista Dominical

En busca de judíos en Semana Santa

27 mar 2016

(La muerte de los lagartos para el perdón de los pecados) � Por: Paola J. Ríos Reyes - Licenciada, Docente de la Carrera de Antropología - Aux. Valerio Vásquez Calle - Estudiante de la carrera de Antropología

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La celebración de Semana Santa en la Iglesia Católica inicia con el Domingo de Ramos y concluye el Domingo de Pascua. Sin lugar a dudas este proceso ritual católico dentro el territorio boliviano es una celebración que se ha ido desarrollando bajo diferentes connotaciones culturales y simbólicas, puesto que la carga de conocimiento cultural altera las actividades costumbristas según el lugar, el espacio, el contexto y las tradiciones.

No podemos negar que en la actualidad cazar lagartos o abstenerse a comer carne, son tradiciones que claramente vemos que se van perdiendo en el tiempo.

En el departamento de Oruro hace solo tres décadas, las costumbres de Semana Santa fueron más estrictas en un entorno social costumbrista, donde el comportamiento de las personas era regulada por el reproche social, la psicología cultural, costumbres y tradiciones religiosas, estos aspectos marcaban fuertemente el comportamiento de las personas, recordemos que a los niños "�se les prohibía jugar con la pelota, puesto que se decía que se estaba pateando la cabeza de Jesús", no se podía comer carne, porque representaba el cuerpo de Cristo, esos días de Semanas Santa.

Tampoco se podía hacer llorar a los niños, en consecuencia, no había ni regaños fuertes, menos golpizas, pero tampoco los niños podían reír libremente a carcajadas, porque se recordaba la muerte de Cristo, otro elemento simbólico era sin duda la música sacro que se unía en red dentro la programación radial, como lo fue en radio Bolivia, radio El Cóndor y radio Oruro, entre otros.

En esas radioemisoras se escuchaba la música característica de la muerte y crucifixión de Jesús, además de la narración de su viacrucis, crucifixión y muerte, este elemento musical logró generar un espacio de arrepentimiento, lamento y sufrimiento por la crucifixión de Jesús.

El ambiente se va tornando mucho más melancólico, cuando los ciudadanos empiezan a vestir de negro, el luto fue por muchos años el predominio de la vestimenta dentro de las iglesias al momento de oficiar las misas de Semana Santa, que duraban por lo menos dos horas.

Pero recordemos que las actividades culturales tradicionales de Semana Santa, en el departamento de Oruro no solo fueron la tradicional preparación de los 12 platos a raíz de las creencias de los 12 apóstoles, una característica fraternal acompañaba esta preparación puesto que la familia cumpliría un rol protagónico de Semana Santa.

El intercambio de estos platos fue un elemento de reciprocidad dar, recibir y devolver, entre familiares y vecinos que intercambiaban los 12 platos a mediodía, sin duda la unión de la familia siempre fue un elemento característico que se mantiene hasta nuestros días, momentos de confraternización entre amigos y familia.

El rol de trabajo dentro el núcleo familiar respondía a necesidades y realidades culturales, en ese sentido la división de roles se manifestaría de manera natural, las niñas a ayudar a las mamás en la preparación de los 12 platos y los niños a ayudar a los papás en la fabricación de hondas para matar lagartos.

Esta fabricación debía hacerse unos días antes de Semana Santa, primero se debía comprar medio metro de liga, se conseguía cuero de calzado viejo, se buscaba un pedazo de madera blanca, se incorporaba clavos de ¾, hilo de algodón, cuchillo y serrucho, reunidos los materiales padre e hijo se disponían a fabricar sus hondas de la manera siguiente:

Se cortaba la liga de medio metro en dos partes iguales, luego la talacha que se preparaba del cuero del calzado, se debía escoger la parte que estaba menos gastada del calzado viejo, el tamaño debía responder al de una piedra que se cargaría, posteriormente ataríamos a la liga con hilo de algodón por los dos extremos de la talacha.

Seguidamente se prepararía el aro de madera, que se cortaba usando el serrucho, unas varillas de 12 centímetros de largo, de ancho dos centímetros y de grosor un centímetro y medio, se marcaba de forma cruzada diagonal teniendo en cuenta la medida por regla general de tres dedos entre las dos puntas moldeadas del aro y para realizar dos hendiduras en las dos varillas.

Asimismo, a las varillas se les contorneaba sus puntas haciendo una marca alrededor de ellas, para luego clavarlas asegurándolas y atar los dos extremos de las ligas al arco con hilo de algodón, terminado se hacía la prueba correspondiente para ver si había que ajustar las uniones de la honda.

Una vez teniendo las flechas y las hondas se comenzaba con el preparativo de salir a cazar a los lagartos, se llevaba merienda o frutas de la época, para comer en el campo, arenales o las serranías donde tenían que buscar lagartos, el hijo al padre siempre le preguntaba el "porqué de cazar lagartos", aunque el niño ya sabía la respuesta cada año en su extensa caminata debía confirmar la respuesta que conocía.

Mientras el menor se va agachando constantemente para escoger las piedras que cargaría en su honda las aprobadas irían a parar en el bolsillo de su pantalón, mientras el padre le responde: "A tu abuelo el cura le dijo que cuando más matáramos lagartos con las hondas o con las manos se nos perdonaría de un pecado, porque cada lagarto representaba simbólicamente a un judío", el menor asentía con la cabeza sabiendo que lo que estaba a punto de hacer, era bueno, justificando la cruenta muerte de Cristo.

El clima debía ser propicio para tener una buena caza, si era un día lleno de sol la caza sería un éxito, se salía cerca de las 09: 00 hasta las 15:00 horas, empezar la marcha y la caza de lagartos era una competencia implícitamente entre familiares y amigos, cada lagarto que se mataba se ataba a una cuerda, para contar luego al culminar la caza y así saber cuántos pecados se nos perdonarían.

Se buscaba a los reptiles sobre las piedras como era la costumbre de los indefensos animalitos que se calentaban recibiendo los rayos solares, también en los hoyos que ellos hacían para su madriguera, era notorio porque había tierra menuda en la salida, otro escondite ideal era en medio de las pajas, aunque una estrategia era quemarlas y así saldrían en medio de ellas.

Ver consumirse la paja hacía que la concentración de ver algún lagarto sea más esperada y paciente, no tardaba en salir ese animalillo que sería víctima del impacto de una piedra, así era parte de la cadena de lagartijas atadas en la cuerda.

Una vez cumplida la hora, se debía retornar a casa, no sin antes mostrar a los amigos y vecinos la cantidad de lagartos cazados y mostrar su variedad de colores, que hacían de su caza un alivio al saber que muchos de sus pecados eran perdonados.

Ya para el próximo día, propiamente Viernes Santo, los jóvenes de entre 12 y 16 años se reunían, a fin de seguir con ese ritual de caza indiscriminada de lagartos, el panorama sería más cruel al no existir la presencia del padre de familia, muchos grupos de jóvenes reunían los lagartos a veces con vida y los ponían encima de una dinamita y prendían la mecha, todo este ritual a raíz del perdón de los pecados.

En la actualidad esta práctica se va perdiendo paulatinamente, pero aun en estas fechas podemos encontrar en las comunidades, o en los arenales, a padres e hijos en busca de algún lagarto, muchos no sabrían su significado, pero realizan la costumbre o paradigma social.

Esta actividad se va trasformando en torno al cambio de las concepciones culturales religiosas que conlleva una sociedad, lo que antes era reprochado en la actualidad podría tener un toque diferente, si antes era regañado jugar con pelota, en la actualidad dentro las comunidades como Toledo, provincia Saucarí, Belén de Huayllamarca, entre otras, se desarrollan encuentros deportivos, con un toque mucho más competitivo, campeonatos en varias disciplinas.

Las familias se reúnen en sus comunidades, muchos llegan de diferentes departamentos inclusive de otros países. No debemos olvidar que las costumbres y tradiciones responden a una carga cultural de un entorno, que va cambiando a raíz de que la cultura es dinámica y no estática, perfeccionando, olvidando, cambiando o incorporando diferentes actividades a este tipo de feriados religiosos y culturales propios de un contexto social.

Para tus amigos: