Codicia por riquezas naturales llevó a Chile a invadir el Litoral boliviano
23 mar 2016
Fuente: LA PATRIA
Por: Alicia NavÃa Mier - Periodista
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La ambición de Chile sobre el Litoral boliviano despertó al descubrirse las guaneras de Mejillones en 1842, el auge del salitre, la explotación de minerales como el cobre y la plata en el extenso territorio de Atacama y al aplicar el gobierno de Daza el impuesto de los 10 centavos sobre quintal de salitre exportado por la CompañÃa de Salitres. Ese fue el motivo que Chile encontró para invadir el puerto de Antofagasta.
Según el historiador boliviano Pablo Michel, todo empezó en 1878 un año antes de la invasión, porque una ley boliviana habÃa dispuesto cobrar 10 centavos por cada quintal de salitre exportado, lo que de plano fue rechazado por la CompañÃa de Salitres Antofagasta, consorcio chileno-británico.
Ã?sta fue la excusa que asumió el gobierno chileno para invadir los puertos bolivianos iniciando con Antofagasta el 14 de febrero de 1879, cuando atracaron en el puerto los buques Cochrane y O´Higgins que transportaban las tropas que procederÃan con la
invasión.
Según Michel, de los blindados Cochrane y O´Higgins descendieron cerca de 2.000 hombres armados al mando del coronel Emilio Sotomayor, quien inició su marcha por la calle BolÃvar de Antofagasta hasta llegar a la plaza Colón, rodeando el cuartel de guarnición donde habÃa 70 gendarmes bolivianos.
Decenas de espÃas, amparados en cargos diplomáticos, filtraron información para asegurar que la resistencia boliviana sea mÃnima. Evaristo Poblete, desde la Empresa de Salitre de Antofagasta, "Agente X", Salvador Reyes y MatÃas Rojas, desde el consulado chileno en Antofagasta, serÃan algunos de los encargados del espionaje, según la investigación de Enrique Vidaurre de la Biblioteca del Sesquicentenario de 1975.
Según la investigación de Enrique Vidaurre, los primeros dÃas de febrero los espÃas chilenos avisaron a ValparaÃso que el presidente Hilarión Daza fue amenazado por una conspiración de Belisario Salinas; asimismo el cónsul chileno Salvador Reyes creó tensión diplomática bajo el pretexto del impuesto al salitre y para evitar problemas, autoridades bolivianas dejaron sin efecto ese tributo el 1 de febrero de 1879, dos semanas antes del ataque.
El 13 de febrero, Chile advirtió a su ministro en La Paz que el gobierno decidió ocupar el puerto de Antofagasta y el viernes 14 de febrero de 1879 los chilenos desembarcaron en Antofagasta.
El sábado 15, la tropa chilena saqueó Antofagasta, el domingo 16, el prefecto Severino Zapata, las autoridades y las familias bolivianas se embarcaron en el buque Amazonas para escapar llegando el 17 a Tocopilla, el 18 partieron hacia Iquique y se envió un telegrama al cónsul boliviano en Tacna, Manuel Granier. El 19 de febrero llegó el vapor a Arica, en el muelle estaba Granier para recibir la información y mandarla al correo urgente a La Paz; el 20, dÃa en el que se celebraba el Jueves de Comadres, partió de Tacna el chasqui Gregorio Choque (Goyo) con la noticia e hizo un recorrido de 76 leguas (más de 450 kilómetros) en seis dÃas.
De los 6.000 habitantes de Antofagasta, 5.000 eran chilenos y solo 600 bolivianos, el resto de varias nacionalidades, motivo por el que la población chilena celebró la invasión y el señor Hicks, representante de la CompañÃa de Salitres, furibundo antiboliviano fue liberado y recuperó los bienes de la empresa.
La primera fase de la guerra fue naval. Perú poseÃa dos buques blindados, uno de los cuales quedó inutilizado luego de chocar contra arrecifes y el otro fue tomado por las tropas chilenas.
En medio de una suma de errores tácticos, en 1880 fueron destituidos los presidentes de Perú, Manuel Ignacio Prado, y de Bolivia, Hilarión Daza y en su reemplazo asumió la presidencia Narciso Campero y se puso al frente de las tropas aliadas, derrotadas en las afueras de Tacna. Hasta 1883, Chile invadió todo el territorio peruano, pese a que hubo intentos frustrados de mediación de Estados Unidos.
Finalmente, Perú, sin tomar en cuenta a Bolivia, firmó con Chile el Tratado de Ancón y Chile se quedó con la provincia de Tarapacá. Tacna y Arica irÃan a un plebiscito para definir su futuro.
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