Lunes 21 de marzo de 2016
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Todos los días el gobierno hace énfasis en los niveles de participación de mujeres en las instancias formales del "Estado Plurinacional"; resaltando los porcentajes de ministras y viceministras en el gabinete ministerial, en nuestra participación en el poder legislativo, judicial, electoral, y los gobiernos subnacionales; haciendo alarde al mundo de normas, decretos y leyes por la igualdad de oportunidades.
Cuando parecía que avanzamos hacia un estado moderno, nada menos que un "Padre de la Patria" el senador Pedro Montes, nos vuelve a la realidad, nos muestra que el manejo patriarcal del poder está vivo y goza de excelente salud.
No se libró de esta práctica ni la Sole, una líder joven que rompió patrones, que logró una votación histórica en una contienda electoral desigual, destacada alcaldesa de una de las ciudades más importantes del país, cuando muy suelto de cuerpo esa autoridad la llamo "esa carajito".
Muchos podrían creer que es un exabrupto más del representante del proceso de cambio, excepto cuando recordamos su trayectoria.
Pedro Montes fungió como máximo ejecutivo de la emblemática Central Obrera Boliviana, institución que se define a sí misma como "revolucionaria", donde las mujeres encabezan las marchas y movilizaciones como carne de cañón, esa gloriosa COB de las huelgas de hambre históricas contra las dictaduras, con valerosas mujeres como Domitila Chungara; y en contrasentido la organización "revolucionaria" donde ninguna mujer ha ocupado un espacio en los más importantes cargos nacionales de esta instancia por los siglos de los siglos.