Lo ideal es que "lo que se produce en Bolivia, deben consumir los bolivianos" como una responsabilidad primaria de favorecer el impulso que varias empresas privadas y estatales otorgan a la presentación de variados productos, que por su calidad deben merecer nuestra preferencia, es la manera más práctica de combatir el contrabando y sustentar la vigencia de nuestra industria.
A fines del pasado año, se presentó un nuevo logotipo para encarar abiertamente la promoción del programa "Hecho en Bolivia", que optimistamente se fijó metas de concienciación de nuestra comunidad para reconocer lo que se hace en diferentes niveles de la industria nacional, la grande, mediana y también la pequeña, ésta última que pese a confrontar serios problemas financieros, sigue siendo parte de la operación de presentar sus productos, por ejemplo del ramo textil con una amplia gama de prendas, o el rubro de cueros, con zapatos, carteras, cinturones o sacos para damas y caballeros, con materiales de primerísima calidad y novedosos modelos que nada tienen que envidiar a productos similares provenientes especialmente de países vecinos.
Hay que incluir en el listado del rubro alimenticio, la más extensa variedad de productos lácteos, diversidad de refrescos, golosinas con calidad de exportación, comestibles de uso diario en la mesa familiar, aparte de otras líneas que completan la demanda ciudadana y que comprobadamente tienen excelente presentación, garantía de consumo, además de materiales de alta duración, todo con el sello "Hecho en Bolivia"
Fomentar el uso y consumo de nuestros productos, representa un avance sumamente importante en la consolidación de nuestras empresas en todos sus niveles, comprar lo que se hace en el país mejora la economía nacional, pero además garantiza salud, permite ahorro general y lo que es interesante, asegura fuentes de empleo, permite sanear los ingresos familiares y en la proyección de la gran industria, abre posibilidades de mayores inversiones, para que en determinados casos, por ejemplo, con el arroz, el azúcar, soya, quinua y otros alimentos, estos puedan ser exportados tras satisfacer los requerimientos de la demanda interna.
Lo que se observa sin embargo es que la campaña lanzada para promover un nuevo logo que identifique lo que se hace en el país, avanzó muy poco, todavía incipientemente, aunque la idea es que la ciudadanía tome conciencia de lo que representa su participación directa en elegir a la hora de comprar, lo que está "Hecho en Bolivia", un mayor movimiento en ese sentido representará por supuesto un incentivo para las empresas nacionales, puesto que a mayor demanda, está la obligación de asegurar mayor producción, esto a su vez significa mayor inversión, más fuentes laborales, más impuestos y más posibilidades de fortalecer la independencia productiva boliviana, la empresarial privada y la estatal
No todo debe quedar en el plano de promocionar un sello de garantía, es necesario además que se puedan crear incentivos paralelos para las empresas productoras en todos sus niveles, especialmente en el orden tributario, de modo que existan reglas para inducir a los empresarios a mejorar sus actividades sabiendo que tienen respaldo que les favorece y no los castiga, como está sucediendo de algún modo con factores de inequidad tributaria.
El plan de impulsar la producción nacional debe completarse con medidas que faciliten las gestiones empresariales, eliminando trabas burocráticas, ampliando las condiciones favorables de orden financiero, de modo que existan recursos suficientes para mejorar tecnología, capacitación de personal, todo en función de aumentar la producción, asegurando mercados de exportación para todos nuestros productos que tengan el sello "Hecho en Bolivia".
Fuente: LA PATRIA
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