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Sábado 19 de marzo de 2016

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Informe Especial

Algunas anécdotas que se vivieron en LA PATRIA

19 mar 2016

Fuente: LA PATRIA

Por: Patricia Barriga Flores

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Las nuevas generaciones de periodistas, que van ingresando a formar parte del personal de LA PATRIA, todavía tienen la grata oportunidad de conversar con antiguos y meritorios colegas, que con una sonrisa, recuerdan su paso por este periódico.

Son muchas las anécdotas que pasaron en estos 97 años, anécdotas que pueden contarnos y estoy segura que no nos bastaría una tarde para escucharlas, pues en la vida del periodista lo que no faltan son las experiencias, en diferentes ámbitos, pues cada día es una jornada muy diferente a una anterior y a la que vendrá al día siguiente.

Al salir a las calles a recoger la información, al hacer un viaje para realizar una cobertura informativa, al acudir a una institución, un acto planificado o eventual, uno nunca sabe con qué se va a encontrar.

Es así que quisimos conocer de voz propia de los periodistas que fueron parte de LA PATRIA, algunas anécdotas que marcaron su vida en esta empresa.

Con cariño y nostalgia, José Luis Zabalaga nos cuenta una de las habituales acciones que realizaba el director del periódico de entonces, Enrique Miralles Bonnecarrere (+), quien en su afán de compartir un momento con su personal, y brindar su confianza al mismo, todas las tardes ingresaba a la sección de redacción y saludando a cada uno de los periodistas, les preguntaba cuál era la información más destacada que tenían.

"Que tengan muy buena edición", era la despedida de cada jornada de don Enrique Miralles, que quedó en la memoria de quienes lo llegaron a conocer, pues hasta el día que pudo acudir a las oficinas la repitió.

Una de las misiones del periodista es dar a conocer incluso a las autoridades las carencias y necesidades que pasa la sociedad, y en esa labor, Zabalaga iba a las juntas vecinales junto al fotógrafo, para retratar la realidad de cada zona, y es así que por el sector de la calle Santa Bárbara vieron que los vecinos por muchos años reclamaban el asfaltado de esas calles.

Pero además encontraron una casa en ruinas, que había sido de propiedad de la Alcaldía, cuyas autoridades no tenían conocimiento de esto, y a través del periódico se hizo gestión para que ese lugar sea empleado en beneficio de la sociedad y deje de ser guarida incluso de malhechores, drogadictos y otros.

De la misma forma se consiguió que el alcantarillado del barrio San José sea conectado al alcantarillado principal de la ciudad, pues uno anterior había colapsado.

"Así fuimos cumpliendo con nuestro servicio a la población", recuerda con orgullo don Pepe como le dicen los periodistas.

Pero como no podía ser de otra forma, también don Pepe, tuvo momentos de mucha tensión, se trata de un viaje que realizó a México, del que volvía luego de la presentación folklórica de la Diablada Ferroviaria en 1991, el avión tuvo algunas fallas, apagándose uno de los motores cuando estaban sobre la selva colombiana.

El avión descendía raudamente, el piloto ordenó a todos ponerse los cinturones de seguridad y comenzó a aterrizar, y un freno brusco detuvo el avión.

"Nadie podía salir porque no había autorización, luego de media hora, se abre el avión y al momento de salir de la nave, nos encontramos con un montón de militares apuntándonos con sus armas. Lo que había ocurrido es que ante el conflicto se pidió permiso para aterrizar y no se lo concedieron, por lo que al ver el piloto una pista libre determinó hacerlo en ella, ya que no había otra opción", contó Zabalaga aún con ese sentimiento de miedo, pero a su vez de agradecimiento porque no hubo heridos y menos muertos.

Otro periodista destacado es Humberto Cabezas Zelaya, quien además de ser periodista fue jefe de Redacción del matutino, y una de las anécdotas que más recuerda de esa etapa de su vida laboral, es cuando un "fallecido le estaba esperando en su oficina".

Resulta que en la sección de Sociales salió un cuadro anunciando el fallecimiento del licenciado Rolando Zamorano, lo que sorprendió a don Humberto, porque dos días antes lo había visto en la calle.

El día de la publicación, la entonces secretaria Guacolda Rodríguez, llama a don Humberto y lo convoca con urgencia al periódico, porque no estaba el director, Marcelo Miralles Bová.

"Me dice (la secretaria) venga pronto porque Rolando Zamorano lo está esperando, entonces llegué al periódico, y el que supuestamente había fallecido me estaba esperando en la oficina, entonces, yo le hice la aclaración respectiva; pero a los dos días me encuentro con el amigo, y me dice ´todo estuvo bien, la aclaración y demás, sin embargo, cuando llegué a casa me estaban esperando dos coronas´, por entonces se usaba mucho la corona para los difuntos", contó Cabezas.

La enseñanza de esta anécdota es que una de las principales reglas del periodismo es comprobar lo que se informa.

Estos recuerdos que se van trasmitiendo de generación en generación, también son parte de la historia del subdecano de la prensa nacional.

Por 12 años, Jorge Barrientos Zapata también formó parte del matutino LA PATRIA, quien contó cómo se interesó por ser periodista y tuvo que ver con este periódico.

Los mineros de San José, cuenta Barrientos, bajan y toman el diario LA PATRIA, era una tarde cuando estaban defendiendo la autonomía universitaria, por los años 50, yo estaba mocoso, vivía entre la calle Camacho y Murguía, observaba de la esquina cómo tiraban las máquinas de escribir, cómo quemaban los papeles, yo me quedé absorto de esa barbaridad, y eso impactó para que desde ese entonces asuma la responsabilidad en el periodismo.

Una segunda anécdota, es cuando los trabajadores de LA PATRIA se arman con palos y otros para defender el periódico, pues por circunstancias ajenas a su decisión, Cristóbal Molina y Enrique Miralles tuvieron que abandonar la ciudad, y se quedó a cargo de Juan Molina Rodríguez, quien era jefe de Redacción.

"Cuando nos enteramos que la COD tenía una especie de intento de ocupación del diario LA PATRIA, nos armamos con palos y piedras, pero nunca se atrevieron a tocar el diario, y menos ir en contra de los periodistas", comentó Barrientos.

Y una tercera experiencia que Barrientos comparte con nosotros, es cuando esperaba que lo recojan los militares para visitar Challapata en el aniversario del Regimiento Ranger, durante el gobierno de facto de René Barrientos Ortuño, y cuando ya eran las 08:30 horas y estaban una hora y media esperando, el periodista llamó al comandante de turno y le dice que estaban esperando en Radio El Cóndor, le preguntaron quién habla, a lo que contestó "Jorge Barrientos", a los 10 minutos tuvo como tres movilidades con un gran cuerpo de seguridad, pues pensaron que se trataba de René Barrientos, pero el que los esperaba era Jorge Barrientos, redactor de LA PATRIA.

Fuente: LA PATRIA
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